12 O.C.T.O.B.E.R

moodboard de inspiración otoñal


Hoy toca vivir en los colores de otoño, con un moodboard fotográfico para el 12 O.C.T.O.B.E.RAunque en he elegido los tonos tierra que nos da el otoño, he de confesar que hasta ahora por aquí los estamos viendo bien poco. Pero todo toca a su fin y el otoño ha llegado a Euskadi de manera brutal en forma de diluvio, asi que he guardado las chanclas que usaba para casa y he sacado las botas de goma.








Os dejo con un relato que me ha resultado muy inspirador para acompañar a estas imágenes, un poco melancólico, ¿pero no leo es acaso esta estación? Lo he sacado de un blog que si tienes un ratito merece la pena leer y desconectar del mundo que nos rodea, CLICK


De los árboles caían pesadas las últimas hojas. Los días se acortaban, como los paseos al atardecer, como las conversaciones a la intemperie cuando dos conocidos se encontraban.

El otoño era la estación que más le gustaba. La única en la que no se sentía solo, sino acompañado por algo tan valioso como la naturaleza. En este lado del mundo todo se ralentizaba, la vida se hacía más pausada, o simplemente, se ocultaba. Y se sentía tan identificado con esta estación, que su vida parecía un perpetuo otoño.



Para muchos triste, melancólico, infeliz... el otoño era para él la mejor época en la que compartir emociones. El ya incipiente frío propiciaba según él la búsqueda de un corazón en el que resguardarse, el más temprano anochecer otorgaba mayor tiempo de oscuridad para derramar lágrimas de felicidad, o para compartir momentos de esos tan especiales.

Puede que para quien lo observara desde la lejanía no existiese sentido a la sonrisa que casi siempre mostraba en esta época. Pero era sincera. Sonreía al recordar a esas personas a las que algún día había amado, aún sin poder. Sonreía al creer que tenían un corazón en el que resguardarse, puede que no tan grande como el suyo, pero seguro más deseado. Más querido.

Pero aun así, sonreía por ellas, pues siempre deseó su felicidad. 



Poco a poco caía la noche, el frío arreciaba, apenas quedaba ya nadie en la calle encharcada. Apresuró sus pasos en dirección al albergue, donde con suerte podría comer algo o, al menos, dormir. Si así no fuese, los cartones serían una buena compañía para sobrevivir una noche más en la calle, y soñar en que no eran esos simples envoltorios de objetos, con quizá más sentimientos que muchas personas, quienes lo arropaban.

Mañana sería otro feliz día de otoño.

.- SENS







imágenes TCV




By Sara

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