Hablando de decorar tu zona de trabajo en casa, hay dos conceptos que no puedes perder de vista. Debes estar a gusto en ella y a la vez ser funcional. Parece fácil, pero tiene “su aquel”.
Sería una tarea imposible decidir cuál es el espacio de la casa con el que debes tener más cuidado a la hora de decorar. O al que debes darle más vueltas antes de ponerte manos a la obra, dicho de otro modo.
Está claro que depende del uso y del tiempo que vas a pasar en cada uno de ellos…o no. Por ejemplo, el recibidor es posiblemente el lugar de tu casa donde pasas menos tiempo. Sin embargo es uno de los espacios en los que más cuidado debes poner a la hora de decorar. Ya hemos hablado de eso en más de una ocasión.
Algo parecido sucede con la zona de trabajo de tu casa. Su decoración (y su funcionalidad) va a depender del uso que le des. Pero sea cual sea ese uso, debes conseguir crear un espacio bonito y estiloso, que a ti te guste. Y además que sea cómodo y funcional. Y en una zona pensada para resultar fundamentalmente práctica, no siempre es tan fácil.
Decorar tu zona de trabajo
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Puede ser que pases muchas horas al día en tu zona de trabajo. O tal vez solo lo utilices un par de horas en el mejor de los casos. Quizá estés mucho tiempo delante del ordenador. O tal vez realices trabajos más creativos.
En cualquier caso, lo primero que debes buscar es la comodidad. Y esto se traduce en una buena ergonomía, un buen almacenamiento y una buena iluminación. Esta es la base que debes tener muy clara y sobre la que tendrás que trabajar. Y darle vueltas a la cabeza, como te decía al principio.
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#1: La silla.
En el mercado tienes multitud de sillas ergonómicas, diseñadas expresamente para zonas de trabajo. El problema que suele surgir con ellas es que, en demasiadas ocasiones, nos estropean la estética de la zona. Más aún cuando la zona de trabajo está integrada en el salón o el dormitorio y todo debe seguir una estética determinada.
La realidad también nos dice que hay muchas sillas o taburetes que resultan cómodas y estéticamente perfectas. Es cuestión de probar. No dejes de hacerlo.
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#2: la iluminación
Una buena iluminación siempre es fundamental. Más aún en una zona de trabajo. En el mercado tienes todo tipo de lámparas perfectas para tu mesa de trabajo. Pero puedes también pensar en ideas nuevas.
Por ejemplo, a mí no me gusta nada la luz blanca. Y mi mesa de trabajo suele estar siempre llena de papeles, metros, cables…no me preguntes por qué. Yo me decidí por una bulb lamp con luz cálida que no me quitara espacio sobre la mesa. Me resulta funcional y bonita.
Piensa también que otro modo de amplificar la luz en tu zona de trabajo es mediante un espejo.
#3: Almacenamiento.
Posiblemente el aspecto más complicado. Más aún si, como te decía antes, tu zona de trabajo está integrada en un salón, dormitorio, pasillo…
Una vez más, en el mercado vas a encontrar multitud de soluciones. Pero antes de decidirte por ninguna de ellas piensa muy bien en tus necesidades concretas. Y una vez más, en la estética que quieras conseguir.
Puedes elegir un armario cerrado, en una estantería ligera que pase casi desapercibida, en pequeños cajones…y en piezas descontextualizadas que añadan personalidad a la hora de decorar tu zona de trabajo. Una mesita de noche antigua puede convertirse en un lugar de almacenamiento perfecto y diferente.
Y estéticamente, por ahí van los tiros si me permites la expresión. El nórdico pasa a ser más personal. Y lo hace a través de elementos únicos, perdiendo en algunos casos parte de su espíritu. Pero solo parte.
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Todo tiene un por qué. Lo primero que hice al comenzar el año fue ordenar mi zona de trabajo. Y el resultado fue un “pues sí, pues no”. He tenido que coger distancia para darme cuenta de lo que le falta a mi espacio de trabajo: personalidad. He priorizado la parte práctica sobre la estética que a mí más me gusta, apostando por una neutra que no me convence. Es, como todo, cuestión de gustos.
Y he pensado que tal vez a ti te pase algo parecido. Que la parte “bonita” esté por encima de la funcional. O al contrario. ¿Te ha pasado algo así?
Y es que, de vez en cuando, es bueno recordar conceptos para ponernos de nuevo en marcha.
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¡Feliz día!
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