Cada vez me gusta más viajar así. Sin saber muy bien dónde voy. Sin plano, ni directrices. Dejando que la ciudad a la que voy me sorprenda. Llegando a ella sin prejuicios ni ideas preconcebidas.
A Cádiz llegué sin saber que iba a encontrar. Y realmente me sorprendió.
Recorrimos sus enrevesadas calles. Disfrutamos del atardecer en la playa de La Caleta -espectacular-. De las maravillosas vistas de la ciudad desde la Torre Tavira -de lo mejor del viaje-. Merendamos churros con chocolate en una de las cafeterías con más solera de la ciudad. Cenamos tortillitas de camarones. Paseamos por la ciudad como si fuéramos de allí, disfrutando de la compañía y de la sensación de descubrir un lugar nuevo.
9 instantes en Cádiz...
Imágenes: María Cervera - Lua Nord
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