Una de las frases que más escucho entre aquellos que nos gusta cocinar es aquello de “Y, ahora, ¿cómo lo sirvo?”. Podemos tener a nuestra disposición un sinfín de platos, bandejas y fuentes pero, da igual, porque nunca conseguiremos que nos quede igual de bonito que en ese restaurante de moda al que tanto vamos.
A primera vista, emplatar puede parecer toda una ciencia y un arte pero, ¿y si te dijera que no es tan complicado como parece? Pues te lo digo, sólo hay que seguir unos sencillos trucos, mucha práctica y conseguirás que tus platos se conviertan en increíbles montajes gourmet al más puro estilo Instagram. ¿No me crees? Sigue leyendo.
1. Menos es más
Empecemos por lo básico. ¿Qué tienen en común las composiciones de los últimos locales chic que has visitado? ¿Cómo son? ¿En qué se parecen? Exacto, se trata de montajes limpios, minimalistas, con la cantidad exacta de comida. Así que aquí viene la primera regla: no te compliques y ve a lo simple. No reinventes la rueda, crea composiciones sencillas.
En ese sentido, hay un truco muy fácil y que queda realmente bien a la hora de presentar carnes y pescados. Sólo tienes que colocar la guarnición debajo y conseguirás darle un toque más profesional ¿a qué ahora parece otro plato?
2. Escoge una vajilla blanca para emplatar
De esta manera, los colores del plato no tendrán que competir con el fondo, ya que el blanco consigue realzar la intensidad de las tonalidades de la composición. Respecto al tamaño, no tengas miedo de utilizar platos grandes, mejor que sobre espacio a que falte.
3. El número importa
Un plato con un número impar de componentes siempre será más atractivo para la vista que un número par, al igual que colocar los elementos en diagonal antes que en horizontal o vertical.
4. Comida de altura
En el caso de servir muchos ingredientes en un mismo plato puedes presentarlo en altura. ¿Cómo? Hazte con un molde redondo o cuadrado y crea pisos dejando lo más contundente en el fondo y lo más ligero en las capas superiores.
5. El toque original
Para poner el broche de oro a tu plato nada mejor que un detalle que llame la atención. Si se trata de un plato tradicional, puedes darle un giro sirviendo la salsa en forma de líneas y gotas para crear un patrón. Aunque si no eres muy artista y la pintura no es lo tuyo, también puedes ayudarte de un cortador de galletas y cambiar la concepción del plato. Espolvorear canela, cacao o decorar con pétalos de flores también funciona muy bien en el caso de los postres.
6. Juega con los sentidos, los contrastes y los colores
Quizá éste sea el punto más complicado de emplatar, ya que entra en juego lo subjetivo. Lo que para mí puede resultar una verdadera obra de arte para otro puede ser “un insulto a la inteligencia, al jurado y a 15.000 personas que se quedaron fuera de esta edición”. Sí, con esto me estoy refiriendo al famoso “León come gamba” de la última edición de Masterchef.
Para no caer en el error, diseña un plato que contenga comida de tres colores diferentes y busca el contraste con texturas suaves y crujientes. Las verduras, con sus colores vibrantes, son un buen lugar por donde empezar.
No obstante, esto sólo se consigue con mucha paciencia y dedicación, así que prepárate a practicar. Anímate a emplatar con esmero cada una de tus comidas y conseguirás poco a poco estimular tu creatividad. Cuando te des cuenta, te saldrá solo.
¿Qué te parece? ¿Te animas? ¿Cuál es tu truco para emplatar?
Aprende a emplatar como un auténtico chef ha sido publicado originalmente en La mesa está servida. Puedes seguirme también en Twitter y Facebook