En la decoración minimalista, las líneas rectas, la inexistencia de adornos aparatosos e innecesarios, los muebles sencillos y geométricos y la tendencia de reducir todo a lo fundamental, son características de su concepto básico: mostrar lo importante con los mínimos elementos.
Pero, no todo debe ser minimalismo en el diseño y por supuesto, tampoco en la cocina.
También existen modelos más clásicos, tradicionales o más contemporáneos, puertas y frentes enmarcados rectos pero con detalles más elaborados y artesanales, -aunque nada que ver con el estilo rococó, por ejemplo- que son una interesante alternativa que infunde un aire aristócrata e intemporal al espacio donde se encuentra.
Las molduras de su contorno, la cornisa superior o las pilastras entre algunos de los muebles, adornan todo el conjunto suavemente, haciendo que sobre cualquier otro detalle decorativo a su alrededor.
La distribución es muy actual ya que está compuesta por una gran isla para la preparación de la comida, que junto con la estantería de la pared, se convierte en un elemento que delimita el área y donde está situada la zona de cocción, con la placa y el horno Smeg, y la zona de lavado, con el fregadero y lavavajillas integrado.
La campana Elica de recirculación, de más de 800 m3/h de capacidad extractora, tiene una estética que hace perfecto juego casi con cualquier modelo de cocina.
A un lado, está ubicada la nevera y un par de despensas con puertas de vitrina, mientras que detrás, una larga zona de trabajo con armarios altos y bajos es el complemento ideal para preparar cómodamente cualquier receta gastronómica.
El fino acabado en laca tortora y tierra mate y las encimeras de mármol incluso en la pared frontal, se unen con la funcionalidad más avanzada en éste estupendo modelo Montecarlo de la firma italiana Gicinque.
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