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Los baños blancos van más allá de modas y tendencias, pero se adaptan a todas. Son atemporales y actuales a la vez, dependiendo de cómo decidas decorarlo. Sólo tienen un riesgo: pueden resultar demasiado fríos si no es ese el efecto que buscas.
La solución es sencilla, se trata de añadir calidez a un espacio frío. Y hay varias formas de hacerlo y siempre sin renunciar al blanco.
Baños blancos pero cálidos
La solución a esa frialdad de un baño blanco es, como te digo, sencilla. No se trata de renunciar al no-color, sino de añadirle textura.
Si partes de un baño que vas a renovar y eliges hacerlo en blanco, esa textura la vas a encontrar en los diferentes materiales. Mezcla y combina. Una pared cubierta de azulejos escama mates, lucirá perfecta con un suelo de brillante mármol blanco, por ejemplo.
Piensa también en la grifería y en los elementos metálicos. El acero inoxidable mantendrá el espacio más frío y el bronce o dorado aportará calidez. Tú decides.
¿Y si ya tienes tu baño blanco?
Añádele detalles. Un ramo de flores o una planta, un cesto de fibras naturales, un cuadro o una lámina con un punto de color, una bandeja de madera, un espejo dorado…
Ten en cuenta que si lo que quieres es mantener el aspecto limpio y luminoso de los baños blancos, no debes añadir grandes dosis de color, sino elementos naturales o con colores tenues o neutros. Por ejemplo, y volvemos a las texturas, puedes mantener las toallas blancas, siempre que tengan un buen rizo. Aportarán calidez sin necesidad de cambiar la personalidad de tu baño.
Por último, piensa en la pintura. Tal vez el armario de tu baño sea de un color alejado de tus gustos actuales. O, mejor aún, cuentes con un mueble antiguo al que quieras dar un segundo uso. Una poco de pintura de color blanco conseguirá efectos increíbles:
Las posibilidades que ofrecen los baños blancos hacen que un Total White sea una buena elección. Adaptarlo a tus gustos y tendencias es, como ves, sencillo. Recuerda siempre que la palabra clave es: textura.
¡Feliz fin de semana!
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