​Vela Decorativa marroquí: magia y exotismo



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Aunque sea nuestro vecino, Marruecos sigue siendo un país desconocido para muchos, yo misma, no dejo de pensar ahora, recién llegada de Marraketch, "Cómo he estado tanto tiempo sin conocerlo".
Su artesanía es sin duda uno de los aspectos que más pueden cautivar a quienes se animen a cruzar al otro lado del Estrecho. Entre los numerosos productos, desde tejidos hasta bolso y cosmética, que allí nos podemos encontrar, las velas son sin duda uno de los más mágicos. Y es que combinan la vistosidad de los colores que caracteriza a toda la producción artesana marroquí con motivos típicamente árabes, propios de la cultura en la que han sido creadas. 

Son numerosas las formas que podemos encontrarnos en las velas marroquíes, desde las esféricas hasta las cuadradas. Los tamaños también son muy diversos. Desde los modelos más pequeñitos, ideales para ambientar rincones o colocar sobre mesitas de noche, hasta las espectaculares velas de gran tamaño que pueden iluminar por sí solas toda una estancia. Son muy habituales, asimismo, los portavelas en los que podemos introducir candelas y que presentan motivos decorativos en metal en su parte frontal que dejan filtrar la luz. Lo que se consigue con ellas es un efecto de misterio y de luz tamizada muy romántica e íntima. Los colores también son muy variados, y van desde aquellos más sobrios, como el beige o el gris, hasta los más vivaces, desde el naranja hasta el azul eléctrico e incluso el fucsia. 

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Las velas marroquíes, por estar hechas a mano, constituyen una parte básica de la artesanía del país, y su carácter artesanal hace que cada una de ellas sea un producto único. Ello puede provocar que presenten pequeñas imperfecciones e irregularidades que, lejos de constituir defectos, nos hablan del carácter único de cada producto, alejado de la producción en serie. 

Entre los motivos decorativos más recurrentes de las velas marroquíes se cuentan, por un lado, las decoraciones geométricas, y por otro, la mano de Fátima. Los motivos geométricos son muy típicos del arte musulmán, que, teniendo prohibidas las representaciones figurativas del ser humano, ha llevado a la perfección el trabajo sobre motivos vegetales y arquitectónicos. No hay más que pensar en los auténticos ejemplos de orfebrería en piedra que decoran la Alhambra. Las velas marroquíes llevan un pedacito de esa perfección decorativa a los hogares, por ejemplo introduciendo pequeñas piezas de metal en su parte frontal que dejan pasar la luz con formas geométricas de gran belleza. 

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La mano de Fátima, por su parte, es un símbolo protector propio de varias culturas del Mediterráneo, que en Marruecos es empleado en objetos tan diversos como colgantes, pendientes o llamadores de puertas. Se usa para atraer la buena suerte y alejar las malas energías, y se emplea a menudo en las velas, otorgándoles un carácter auténtico y muy original.

Como veis, un objeto aparentemente tan simple como una vela puede convertirse, en el caso de las marroquíes, en una invitación al viaje y a entrar en contacto con mundos exóticos que podemos llevarnos a casa simplemente encendiendo una candela. Con cualquiera de ellas podréis viajar al otro lado del Estrecho sin moveros de casa. 
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