Hacer una escapadita a Costa da Morte ha venido fenomenal. Como hemos comentado en más de una ocasión, somos gallegas y vivimos en Galicia. La queja perpetua de que no para de llover (porque es cierto... Buah!!! Y este año más que ninguno) podría hacer pensar que me cansa (Coralia) mi tierra, pero lo cierto es que no, que Galicia es el lugar impresionante donde en cualquier rincón me siento en mi casa.
Costa da Morte es una de las zonas más salvajes, preciosas y con menos turismo de Galicia. En pleno julio, se pueden encontrar todavía playas quilométricas sin una sola persona (cosa genial si vas con un #perritoloco que sueña con hacer la croqueta toda la tarde sin descanso...), faros en lo alto de un acantilado abiertos a un mar inmenso, pequeñas iglesias, menús a 7? de cosas buenas-de-verdad y gente amable, que habla en un gallego imposible de comprender (qué bonito acento tienen en esta parte de mi tierra).
Costa da Morte, es parte de la Galicia bonita que merece la pena visitar. Seguramente, sigue siendo un lugar tan auténtico por la falta de una autovía que te lleve a pie de playa (y que dure muchos años!) y un clima duro, con un tiempo que imprime carácter.
#Perritoloco feliz porque nadie le puso pega en ningún sitio (entramos a todas partes con él, cosa que se agradece muchísimo, porque no me había dado cuenta de lo difícil que es irse de vacaciones con una mascota hasta que he tenido al pequeño Luke) y yo muy feliz, por redescubrir esta zona aislada de mi tierra, llena de rincones preciosos y con tanto mar por disfrutar.
Al pasar las fotos de la cámara, me he dado cuenta de que tengo muchísimas. Demasiadas. Así que he decidido hacer dos post y compartirlas en dos veces (o vuestro ordenador se quedará frito mientras abre la entrada). Playas bonitas, lugares con corazón (la casa y el museo de El Alemán, un ermitaño afincado en Camelle y que se dedicaba a hacer esculturas sobre las rocas, y que murió poco después del desastre del Prestige, dicen que de pena de ver la costa destrozada), atardeceres de película y slow life pero de verdad de la buena.
Photography by Petitecandela
Como veis, tuve la suerte de que mi visita coincidiera con las fiestas del Carmen, y en Camariñas, los barcos estaban de jarana, bien "vestidos" y listos para salir con la virgen. Todo el mundo invitado a dar un paseo en ellos y un ambiente festivo, de feria de Galicia, que me encanta.
El resto de las imágenes de la casa de turismo rural (Lugar de cotariño, por si estáis buscando alojamiento para una escapada) donde estuve (en la que mascotas y humanos son recibidos con el mismo cariño), las compartiré en otro post, como os decía.
Un pequeño hotel rural donde todo es gente amable y ambientes preciosos.
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Buen día! Ya casi estamos en agosto para hacer otra escapadita :)
Cíes, allá vamos!!!
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Fuente: este post proviene de Petite Candela, donde puedes consultar el contenido original.
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