Cómo organizarse para buscar empleos



¿Estás buscando empleo? Buscar trabajo es un trabajo en si mismo, razón por la cual debes organizarte y planificar de manera adecuada tu búsqueda laboral. Las personas que planifican y organizan su vida personal y profesional son las que más éxito tienen.

Para planificar tu búsqueda laboral será importante que consideres los siguientes aspectos:

define tus objetivos profesionales;

selecciona la información que te interesa y sigue una plan para buscarla;

define metas y objetivos concretos a cumplir gradualmente en tu búsqueda de empleo;

establece una ruta de aplicación de técnicas de búsqueda de empleo;

mantén hábitos diarios, lleva tu agenda y organiza tu tiempo;

mantente siempre ocupado pero no hagas las cosas “por hacerlas”, sácales partido.

comprueba siempre los resultados y cambia para mejor.

Haz tu agenda de la semana que viene

Las personas que trabajan tienen que planificar cada día y cada semana al menos. Tu también estás trabajando porque estás buscando empleo, participas en cursos, tienes encuentros con conocidos y amigos, colaboras, trabajas en casa, etc. Tienes muchas cosas que hacer y tienes que llevar tu agenda para organizar tu tiempo y para recordarte tus actividades. Además, todos los profesionales llevan agenda y tú lo eres. Y los demás también lo pensarán. Consíguete una agenda y haz ahora “tu agenda de la semana que viene”.

Planifica tus objetivos.

Ten claros en cada momento los objetivos profesionales más importantes que persigues, cuáles son los sectores profesionales y empleos que más te interesan. Si tienes necesidades económicas y tienes que trabajar en “cualquier empleo”, planifica también un tiempo para buscar los tipos de empleos que realmente te interesan. Si tienes claros tus objetivos sabrás qué estás buscando, qué información necesitas y qué técnicas de búsqueda son las que debes aplicar.

Selecciona la información y los medios que te interesan.

La información que te interesa depende de tus objetivos profesionales.

Haz una lista de los medios y fuentes que vas a utilizar para informarte.

Utiliza servicios de información especializados.

En Internet está casi toda la información que necesitas.
Sigue una ruta de búsqueda de información.

Visita los centros de información y orientación sobre empleo diariamente.

Visita las empresas de las que quieres obtener información mensualmente.

Visita los sitios en Internet semanalmente. Puedes acudir a cibercentros públicos.

Consulta la prensa y las publicaciones que te interesan diariamente (puedes ir a centros de información).

Contacta con familiares y conocidos semanalmente. Ellos también pueden darte información.
Márcate objetivos de búsqueda de empleo.

Sigue objetivos diarios y semanales y cumple los objetivos que te marcas. No se trata de hacer mucho sino de hacerlo bien.

Por ejemplo, en esta semana puedes proponerte visitar todas las empresas de trabajo temporal de tu ciudad. Tu objetivo es recabar todas las fichas de inscripción para completarlas y entregarlas, conocer los sectores profesionales de cada una, y averiguar el nombre de la persona que te atiende y de la encargada de la selección. En la siguiente semana tu objetivo es, por ejemplo, adaptar y personalizar el CV y la carta a cada una de las empresas y entregarlos en persona junto con la ficha de inscripción.

Sigue una misma ruta de aplicación de técnicas de búsqueda.

Sigue siempre una ruta fija de búsqueda de empleo, y amplía y cambia esta ruta añadiendo objetivos nuevos de vez en cuando. Si sigues una ruta diaria o semanalmente irás cogiendo el hábito de buscar empleo sin mucho esfuerzo.

Por ejemplo, acudir todos los días a tu centro de información, visitar cada dos semanas las ETT que más te interesan para que “te tengan en cuenta”, consultar los lunes unos sitios de internet determinados, llamar mensualmente a un contacto tuyo, enviar todas las semanas dos currículos adaptados y personalizados a un número determinado de empresas, etc.

Mantén unos hábitos diarios.

Todos los días laborables tienes que realizar las mismas actividades y a similares horas, como si estuvieras trabajando. Buscar empleo también es un trabajo. Ya sabes que tienes que seguir una ruta diaria de búsqueda y para ello es mejor que adquieras unos hábitos diarios que evitarán que te desanimes y además harán más probable que cumplas tus objetivos.

Un ejemplo de hábitos diarios sería: levantarte a la misma hora (que sea relativamente temprano), hacerte el desayuno, consultar tu agenda para ver las actividades del día, ayudar en alguna tarea del hogar, realizar tu ruta diaria y otros objetivos que te hayas planteado para ese día, hacer las compras necesarias del día, hacer o ayudar en la preparación del almuerzo, asistir al curso que tienes por las tardes martes y jueves, asistir a tu clase diaria de inglés, etc.

Lleva tu agenda y organiza tu tiempo.

Si buscas empleo tienes que tener agenda. Si estás buscando empleo o creando tu propia empresa, si participas en cursos de formación, si estás preparando oposiciones, tienes que llevar una planificación de tus actividades.

Tu agenda es muy importante
Te dice el tiempo que tienes sin ocupar;

Te ayuda a organizar y te recuerda las citas y las actividades que tienes pendientes;

Te motiva y te obliga a hacer las cosas porque las tienes escritas;

Te da ánimos cuando compruebas que haces las cosas que te propones. Ve tachando las cosas que vas haciendo y te sentirás muy bien;

Te da “mal rollo” no cumplir con lo que tenías previsto;

Te permite apuntar los resultados que tienes, si te va bien o tienes que cambiar cosas.

La imagen de tu agenda habla de ti. Búscate una buena agenda que te haga parecer un profesional y que estás trabajando. La imagen de tu agenda hablará bien de ti cuando estés con los conocidos, cuando participes en entrevistas de selección, etc.

Planifica semanalmente. Búscate una agenda a semana vista, es decir, que muestre los 7 días de una semana en sólo dos páginas. Siéntate tranquilamente el viernes o el fin de semana a planificar la semana siguiente anotando las actividades seguras o fijas (la ruta) que vas a hacer. Luego, durante la semana, añade las nuevas actividades u objetivos que planifiques.

Anota los temas mensuales más importantes. Las agendas también deben tener unos calendarios mensuales y/o anuales en que se pueden ver las actividades que has planificado para todo el año. Echa un vistazo también al próximo mes o meses para tener en cuenta cuáles son los temas más importantes que vienen. Por ejemplo, la apertura de una bolsa de trabajo para la que tendrás que tener listos los documentos, un posible viaje a otra ciudad para dedicarle dos días a buscar empleo, etc.

Apunta lo que haces diariamente. Especialmente anota las técnicas de búsqueda de empleo que has aplicado: con qué conocido hablaste hoy, a qué empresas enviaste el CV o en cuáles lo presentaste en persona, el curso que haces todos los días durante 4 semanas, etc.

Anota direcciones y datos de interés. En tu agenda también llevarás una libreta de direcciones en la que apuntarás datos sobre empresas y sobre personas concretas.

Utiliza otros registros complementarios. Puedes utilizar otros registros además de la agenda. Por ejemplo, un registro o una ficha de empresas en la que anotes sus datos de contacto, las personas responsables, datos técnicos sobre la empresa (productos y servicios), las técnicas de búsqueda que has aplicado en ella (autopresentaciones, respuesta a anuncios, entrevista con un conocido de la empresa, etc.).
Ve paso a paso poniéndote metas.

Ponte metas concretas. Ponerte metas es anotar lo que vas a hacer y cuándo lo vas a hacer. Es como firmar un “contrato contigo mismo” que tienes que cumplir. La buenas intenciones no son metas: “Este mes voy a buscar empleo de verdad”. Mejor si te propones metas concretas: “Todos los días voy a consultar la prensa sin falta”.

Ponle fechas a tus objetivos. También tienes que ponerte fechas porque si no el tiempo irá pasando y harás muy pocas cosas: “Un día de estos me paso a hablar con este compañero que…”. Tienes que comprometerte y ponerle un día: “El jueves de la semana que viene voy a quedar con…”

Ponte metas que puedas cumplir. Debes buscar objetivos y actividades que sepas que puedes cumplir, que son realistas y que dependen de ti. Si anotas cosas que luego no cumples te vas a desanimar. Por ejemplo, la meta “Este mes voy a encontrar empleo”, podrías cambiarla por “Este mes voy a buscar empleo de manera intensiva presentándome en persona en todas las empresas del polígono industrial”.

Empieza por las metas fáciles. Por ejemplo, si hace tiempo que no buscas empleo no te pongas de repente a dedicarle 8 horas diarias porque a lo mejor te cansas pronto y te desanimas. Empieza poco a poco. La primera semana puedes planificar visitar el centro de información juvenil todos los días para conectarte a internet y ver la prensa. La semana siguiente puedes además enviar un CV adaptado a una empresa o dos el jueves, etc.
Puedes buscar en equipo.

Si buscas empleo con otra/s persona/s podréis repartiros las actividades que tenéis que hacer y como mínimo quizás te sientas más animado estando acompañado. También puedes apuntarte de vez en cuando a cursos de búsqueda de empleo en grupo para así compartir experiencias, tener más información y sentirte más motivado. En todo caso, siempre es interesante que te apoyes en los familiares y los amigos y que les hables de tu búsqueda como si fuera tu trabajo. Buscar en equipo no será bueno si no estás seguro de tener confianza con la/s otra/s persona/s, o crees que pueden surgir “malos rollos”.

Separa el tiempo de trabajo (o búsqueda) del tiempo libre.

En tu agenda tienen que estar separadas tus actividades y tu tiempo de trabajo (de búsqueda de trabajo, formación, colaboraciones, estudios) de tu tiempo libre o tiempo de ocio. De esta forma planificarás mucho mejor, te sentirás un profesional con tu propio horario, y tus conocidos y familiares verán que te lo estás tomando en serio y te apoyarán más.

Mantente ocupado.

En tu planificación tienes que ocupar entre 6 y 9 horas diarias en aplicar técnicas de , en participar en actividades formativas, en mantener contactos personales, en implicarte en actividades de colaboración o voluntariado que te interesen, etc. El caso es que debes mantenerte ocupado en tu “tiempo de trabajo”.

No caigas en el activismo.

Es importante estar ocupado pero no debes caer en el “hacer por hacer”. Elige siempre actividades que sean útiles y acordes con tu objetivo profesional y no te impliques en actividades que no estés muy seguro de para qué te van a servir. Tampoco hagas cosas por el mero hecho de que te las den hechas o de que sean cómodas, como hacer un curso que quizás no te interese para tu futuro profesional por el solo hecho de ocupar la mañana.

Comprueba los resultados y cambia para mejor.

¿Quieres cambiar de objetivos? Tal vez no buscas empleo con muchas ganas o no te preparas bien para tu profesión porque no te interesan mucho esa profesión ni tus objetivos actuales. Tal vez debas pedir orientación y replantearte nuevos objetivos, profesiones, estudios, especializarte, etc.

¿Aplicas las técnicas de búsqueda adecuadas para tu caso? Si aplicas técnicas de búsqueda que no te dan resultados entonces quizás tienes que pensar en usar además otras técnicas. Por ejemplo, es posible que sólo estés enviando currículos a pesar de que en tu sector profesional es muy importante presentarse en persona o utilizar los contactos.

¿Aplicas bien las técnicas de búsqueda? Tal vez no obtengas buenos resultados porque no te esfuerces lo suficiente o no hagas las cosas bien hechas. Tal vez, por ejemplo, no adaptes ni personalices los currículos que envías. Si, por ejemplo, eres auxiliar de clínica y has enviado por correo 700 currículos no adaptados ni personalizados a 700 clínicas de España, de los cuales sólo has obtenido 10 respuestas pero ninguna entrevista, posiblemente tengas que mejorar la forma en que aplicas la autopresentación por correo adaptando y personalizando el CV a cada clínica, por lo que tendrás que esforzarte un poco más, por ejemplo, para conseguir información sobre cada clínica en concreto. En otro ejemplo, tal vez no prepares bien las conversaciones para informar a tus conocidos o no mantienes relaciones con tus contactos con la frecuencia suficiente.

Quizás tienes que mejorar tu cualificación profesional. Te planteas trabajar en unos empleos en los que piden unos requisitos que no tienes: experiencia, formación especializada, idiomas. El problema no está en tu forma de buscar ni en el número de currículos que envías. Tal vez tengas que mejorar tu nivel profesional.

Tal vez no se te dan bien los procesos de selección. Por ejemplo, tú has pasado ya por 17 entrevistas pero no has conseguido ningún empleo. Si te convocan para las entrevistas y las pruebas de selección parece que cumples los requisitos teóricamente y lo que debes mejorar son tus habilidades para superar estas pruebas.

Es posible que tengas que mejorar tu imagen ante los demás. Tal vez por tu forma de vestir o tu forma de expresarte das una imagen de despistado, de inexperto, de irresponsable, de pasota, etc. Quizás te merezca la pena cambiar un poco y sacrificar parte de tu imagen para tener más posibilidades. Pídele consejo a amigos y a familiares, incluso a tu orientador.

Tu forma de relacionarte. ¿Eres consciente de cómo caes a los demás? Tal vez tienes que mejorar tu forma de escuchar, ser menos agresivo o irónico hablando, ser menos “listillo”, ser amable o agradecido, hacer más favores, preocuparte más por los demás, etc.

¿Existen ofertas de empleo donde estás buscando? Si no es así, deberás buscar en otros lugares y plantearte la posibilidad de cambiar de ciudad. No debes empeñarte en seguir buscando en tu ciudad si sabes que has hecho lo posible. También puedes cambiar de objetivo profesional (otras profesiones) o buscar cualquier tipo de empleo y “conformarte”. Pero esta última no parece la mejor opción.
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Vía PuntosdeEmpleo

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