Por su uso y su función, el baño suele ser una de las estancias más pequeñas de la casa. Las viviendas de las grandes ciudades, especialmente los apartamentos, cada vez cuentan con menos metros útiles, lo que hace que muchas veces deba renunciarse a ciertos elementos arquitectónicos y espaciales, como es el caso de las ventanas en los baños. El resultado de esta falta de luz natural provoca una gran sensación de encajonamiento.
Es cierto que no son imprescindibles, pero las ventanas son la mejor forma de iluminar y ventilar cualquier cuarto. No obstante, si no las tenemos, no quiere decir que no podamos disfrutar de una iluminación óptima y atractiva. Existen algunos trucos infalibles y más que demostrados para crear un baño con luz propia sin necesidad de tener ventanas. ¡Toma nota!
Pintar las paredes de blanco
El blanco es, sin duda, el mejor color para reflejar la luz en los espacios pequeños y dar mayor sensación de amplitud a cualquier habitación. Además de pintar las paredes o colocar azulejos en blanco, podemos elegir muebles de baño y accesorios en este color. En este caso, puedes crear un poco de contraste eligiendo un tono de distinto para las paredes o para el mobiliario.
Apliques de pared
Las ventanas permiten que la luz natural que accede a través de ellas ilumine las luces que hay en el lavabo de forma horizontal. Si no las tenemos, contaremos con un baño con luz vertical que iluminará únicamente lo que hay debajo, creando un efecto lúgubre y muy poco favorecedor. La solución es colocar apliques de pared con el objetivo de recuperar el brillo frontal y que el baño parezca más iluminado. No obstante, también puedes colocar los apliques encima del cristal. Si esta idea no termina de convencerte, siempre puedes colocar algunas luces colgantes con bombillas de diseño.
Lavabos altos y suspendidos
Los lavabos altos son ideales para disponer de espacio debajo donde almacenar las cosas. Con lo cual, podrás liberar otras zonas de la estancia y parecerá más grande, por lo que el nivel de iluminación será mayor. En este sentido, los lavabos suspendidos son una gran opción, pero también puedes decantarte por un baño volado para tener espacio para colgar las toallas o poner algunas cestas para almacenar los elementos de higiene más pequeños. En cuanto a los materiales, el metal y la porcelana blanca harán que la sensación sea tan ligera que parecerá que el lavabo se encuentra flotando, literalmente.
Mamparas de cristal para un baño con luz
Olvídate de las cortinas de baño y apuesta por las mamparas de cristal. De esta manera, la sensación de apertura es máxima. A la hora de decantarse por un modelo, te recomendamos las mamparas con un lateral fijo y puerta abatible. El resultado es maravilloso, incluso en los aseos más sencillos y convencionales.
El cristal y el metacrilato, tus mejores aliados
Es obvio que si no tienes ventanas, querrás aprovechar al máximo la iluminación para poder disponer de un baño con luz. Para ello, no hay nada como el cristal, el metacrilato, los espejos y el metal pulido. De esta forma, conseguirás darle personalidad a la estancia sin restar nada de luz. Además, lograrás que el ambiente se convierta en un conjunto uniforme incluso aunque decidas incluir algunos accesorios con color. También puedes incorporar el metacrilato en los accesorios del baño. Al ser transparentes, la sensación de espacio se verá multiplicada.
Multiplica la luz a través de los espejos
Una de las mejores formas de multiplicar la luz de un cuarto de baño pequeño es situar espejos en lugares poco habituales. Por ejemplo, cerca del suelo. De esta forma, parecerá que la estancia continúa al otro lado del cristal. También puedes colocar un espejo que ocupe toda la pared de detrás del lavabo o sobreponer uno más pequeño sobre uno más grande para convertirlo en el protagonista del baño. De esta manera, se creará un baño con luz en un ambiente más atractivo o más intimista, como prefieras.
.
Fuente: este post proviene de The Bath, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
