La verdad es que no se porqué pero junio para mi es un mes de locos todos los años.
Se me acumulan siempre un montón de cosas. Además, quiero dejar todo prácticamente cerrado para poderme ir de vacaciones y descansar del atracón que me pego de curro durante diez meses seguidos!!! De lunes a domingo prácticamente... así que ya, a estas alturas, estoy agotada y deseando unas laaaaargas vacaciones y disfrutar de no hacer nada... jajaja.
Os confieso que no es que ande muy animosa que se diga últimamente... Pero bueno, así es la vida... hay temporadas en las que las cosas parece que cuestan el doble o se tuercen especialmente, ¿verdad?. No son cosas graves, gracias a Dios, pero muchas veces son cosas que, aunque no sean graves, sí que se aparecen como piedras en el camino que te hacen caer en el desánimo o la tristeza.
Personas que quieres y te decepcionan, trabajos que se tuercen a pesar de tu dedicación y esfuerzo, proyectos que no arrancan, horas y horas de trabajo que no se compensan o se te reconocen, ilusiones que pierdes, apoyos laborales o personales que se esfuman o se te niegan, favores sin reciprocidad que das y te vacían, abrazos que no llegan, palabras que no escuchas, ánimos que necesitarías y no recibes, silencios que te ensordecen... ¿Os suena algo de esto? Seguro que sí. Sé que no soy especial.
Bueno, no quiero ponerme negativa... son casi dos años y medio escribiendo para traeros ilusión, inspiración y buen ánimo... siempre buen ánimo sobre todo. Aunque, no os lo voy a negar, a veces una también flaquea y necesita apoyo... y más cuando sientes que muchas cosas del día a día en general no vienen de cara precisamente.
Las estadísticas me dicen que entre 700 y 1.000 personas al día, dependiendo, leen o al menos visitan estos post de Dec&You aunque pocos son los comentarios que recibo y las voces que asoman de los que estáis al otro lado. Y, no os voy a engañar, no hay otra gasolina para un espíritu bloguero que escuchar a los que están al otro lado... La satisfacción personal y voluntaria de compartir se desvanece cuando pasa el tiempo y no sabes si lo que compartes realmente sirve o se valora. (... ¡Que los blogueros no estamos tan locos para disfrutar de hablar solos eternamente! jajaja... ¡Ni tan locos como para llenar la red de contenidos porque sí, aunque no sirvan a nadie! ¿Os imagináis a un actor en medio de la calle con un público mudo y sin aplauso alguno? O lo que es peor, ¿sin que nadie se pare a mirarle o prestarle atención? Un día y otro hablando sin utilidad alguna al infinito?... Pensaríais que está loco, verdad? Porque, si en verdad os gustara y ayudara en algo, si os hiciera felices un momento, si distrajera vuestro alma, ¿qué haríais?: ¿le dejaríais sólo? ¿estaría solo?)
En fin, que no paso por mis mejores momentos y empiezo a sentir mi depósito en reserva... ¿La crisis de los dos años casi y medio de blog? Puede... había oído hablar de ello... ¿Las horas acumuladas en el trabajo para sentir que puede que no te lleven a ningún destino más que al desgaste personal que ha supuesto el camino?... También. ¿La sensación de que lo que has entregado en diversos ámbitos de tu vida no ha servido ni servirá para nada? Quizás...
Así que, de antemano os pido perdón si mis próximos post no salen muy salerosos.
Bueno, va... no quiero daros la lata... que este blog no está hecho para penas; que con las de cada uno ya son suficientes, ¿verdad?. Estoy segura que muchos de los que estáis al otro lado habéis pasado por momentos así y sabemos que hay que tirar para adelante. Así que, aquí están esas casas bonitas que nos levantan una sonrisa y nos unen en torno a esa pasión común por la decoración; razón verdadera por la que estáis ahí, al otro lado de la pantalla.
Os dejo con una vivienda entre rústica y bohemia, con una estética muy personal en blanco y madera natural, impecables tejidos de blanco algodón, bellos techos de vigas de madera y una sencilla y personal cocina de obra.
Fotos vía
Gracias por estar ahí.
Sed felices!!!
Eva
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