Desde luego, a mí me ha resultado bastante más fácil de hacer que la casita portavelas que os enseñaba la última vez, jeje, aunque eso sí, aunque de otra forma, también son portavelas. ¿Qué queréis que os diga? Yo es que llega la Navidad y, literalmente, ¡me enciendo!, lo que más me apetece del mundo es poner luces y velas por todas partes, así que... vamos con mi última versión de los típicos farolillos navideños.
Sí porque, si os acordáis el año pasado ya hice unos farolillos navideños al estilo de los que había visto en mi viaje a Alemania en octubre, pero para este año prefería algo menos colorido, más natural y romántico, más... shabby chic, así que decidí hacer unos nuevos :)
Para ello vamos a necesitar materiales que, casi en su totalidad, son reciclados:
- Botes o tarros de cristal (que no sé vosotr@s, pero yo tengo casi tantos como piñas y botones ;)
- Tapetes de croché y/o puntillas.
- Lazo, cinta y/o botones, para decorar.
- Cola blanca.
- Pincel o brocha.
Y ahora, vamos con los sencillísimos pasos:
1.- Comenzamos por elegir nuestros botes de cristal, para mi gusto quedan mejor si son un poco más grandes que los típicos de mermelada para que luzcan más. También podemos elegir alguno que tenga algún detalle en el propio cristal y jugar con ese elemento junto a las puntillas. Los lavamos bien para quitar los restos de etiquetas y ya están listos.
2.- Después, elegimos las puntillas o tapetes que más nos gusten y vamos probando cómo quedan, para ver si nos gusta el efecto antes de pegarlos definitivamente. Parece una tontería pero a mí me ha pasado que algunas puntillas que creía ideales luego quedaban fatal y al contrario, por eso os recomiendo probarlo.
3.- Cuando ya tenemos claro qué elementos vamos a utilizar, aplicamos la cola blanca sobre la parte del bote donde vamos a colocar la puntilla o el tapete, eso sí, siempre por la cara exterior.
4.- Después de aplicar la cola, colocamos las aplicaciones elegidas y esperamos un rato hasta que se seque la cola y quede bien pegado, y repetimos estos pasos con tantos tarros como tengamos.
5.- Entonces llega el momento de utilizar lazos, botones, cintas,...y todo aquello que nos guste y que se nos ocurra que puede quedar bien como adorno. En esta ocasión, como los tapetes y puntillas son un poco antiguos (ya os comenté cuando hice el atrapasueños que en la tienda tengo un almacén de elementos vintage por explotar ;), pensé en mezclar tonos beige, naturales, marrones y darle así a los farolillos un aire, como os decía, un poco shabby chic.
¡Y ya está! Sólo nos queda colocar unas velas en el interior y ya tenemos nuestros nuevos farolillos navideños listos para iluminar nuestra Navidad:)
Fotos @ Deco López García
Ya os lo avisaba al principio, es un DIY que no se tarda nada en hacer y queda de lo más resultón, podemos colocarlos en cualquier rincón con sus velas encendidas y quedan muy bonitos. De hecho, los míos ya están colocados en el escaparate navideño y, junto a la guirnalda de luces LED, ¡lucen un montón! ¿Qué os parecen? ¿No creéis que es una idea súper sencilla para darle una segunda vida a los botes de cristal y los tapetes y puntillas que tenemos olvidados en un cajón de la abuela?
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!
Nos vemos el lunes ;)
Fuente: este post proviene de López García Decoración, donde puedes consultar el contenido original.
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