El automovilismo: una afición más allá del deporte

¿Cuándo un niño quiere ser futbolista? Este tipo de preguntas se responden si vemos en nuestro querido hijo habilidades que van más allá de la simple afición: se obsesiona con la pelota, practica a todas horas, se asombra al ver a sus ídolos jugar etc. Sin embargo, existe un deporte en el que la afición va más allá de la habilidad de practicarlo, y no es otro que el automovilismo.
 
Podremos llevar a nuestro hijo a que practique con los karts tal como hacían los padres de Fernando Alonso,  pero también podremos enseñarle los secretos y las maravillas del mundo del motor, introducirlo en el coleccionismo, contar con habitaciones infantiles cama-coche que los envuelvan dentro de su pasión sin necesidad de que nuestro infante se exponga al volante etc. Y es que ¿quién es capaz de resistirse a las curvas de un elegante deportivo rojo?
 

Imagen: dormitoriostematicos.com
 
Una pasión que no decae con el tiempo
 
¿Qué suele ocurrir cuando nos aficionamos desde pequeños a alguna cosa? Nuestras princesitas dejan de serlo muy pronto, por lo que un castillo de cuentos de hadas llega un punto que contenta más a las orgullosas madres que a las niñas (aunque llegará el momento en el que lo echen de menos). Sin embargo, el gusto por las cuatro ruedas pervive en el tiempo: tiempo en el que nuestro hijo no deja de soñar con conducir su Ferrari hasta que por fin puede hacer lo propio con su vehículo.
 
Y no sólo eso, ¿cuántos treintañeros o padres entrados ya en edad no solo conservan, sino que mantienen activa su colección de coches en miniatura o los míticos scalectrix? Es más, a día de hoy, este último objeto de culto se ha convertido en una reliquia, alcanzando piezas clásicas precios que superan los miles de euros.
 
Desde seguir las carreras hasta participar en el mundo del motor
 
Por otra parte la afición por el automovilismo no se limita a la visualización de las principales carreras, ya sea Fórmula 1, rallies, Nascar… ni a la práctica de éstas. Desde el coleccionismo de piezas tal como ya hemos comentado, hasta desarrollar el gusto por montar y desmontar motores, componentes o estudiar su comportamiento mediante ingenierías o por hobbie.
 
Se tiene la concepción que toda afición conlleva gasto, pero también puede servir como inversión: ya sea mediante la revalorización (que como hemos visto en el caso de los scalectrix está en alza) o haciendo carrera de ello, ¿quién no quiere un futuro como ingeniero mecánico para su hijo?
 
Todo un universo en el que compartir afición

 
Por último, desde peñas donde ver las carreras, hasta quedadas y encuentros en cualquier rincón de la geografía, muchas son las opciones de vivir la afición por dentro y por fuera de este apasionante mundo.
 
Exhibiciones de coches, ferias, encuentros de coleccionistas… No hace falta que el motor ruja para que disfrutemos de las cuatro ruedas y toda su elegancia, pudiendo vivir en familia esta pasión por el motor.
 
 
 
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