Uno de ellos es este camino forestal, alternativo a la carretera general, que une La Granja con Valsaín por el lado de la montaña. A lo largo del trayecto puedes encontrar muchos rincones especiales, algunos más escondidos que otros, donde pararte a tomar unos bocadillos o simplemente a descansar y que los niños jueguen a sus anchas.
Por eso, el otro dia cuando fuimos al CENEAM al Cuentacuentos, nos preparamos unos bocatas de tortilla de patata y decidimos ir a uno de esos lugares que habíamos descubierto durante el invierno.
En mente teníamos una especie de merendero en el que habíamos estado anteriormente, pero nos quedamos a medio camino al descubrir una explanada rocosa que hay en un alto con unas visas preciosas sobre La Granja y Segovia. Como fue de esos días de Agosto en los que la temperatura bajó en picado y tuvimos que sacar sudaderas y jerséis, tumbarse en las piedras calentitas al sol cual lagartos era de lo más agardable.
Preparé una tortilla de patata express de las mías (patatas fritas de bolsa y huevos), metí una lata de aceitunas, queso, bebidas frías y lectura para después. Esta vez no hubo mantelitos, ni vasos, ni cesta…pero sin duda alguna es de las veces que más hemos disfrutado.
Después de comer, mientras los dos pequeños exploraban el terreno, imaginándose que las rocas eran sus castillos, los demás nos pusimos a leer tumbados aprovechando las formas de la piedra.
Más tarde se nos unió el Mediano y la Heredera se dedicó sin ninguna aprensión a reunir pinzas de escarabajos. Había tantas que terminamos bautizando el lugar como el Cementerio de los Escarabajos.
La verdad es que nos salió un día redondo. Visita al CENEAM, comida y tarde en el campo. Un cambio de rutinas en nuestro día a día vacacional que todos agradecimos, sobre todo por estar en familia, solos los 5, disfrutando de la naturaleza.
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Besos,