Si hay una cosa que me gusta especialmente de los interiores nórdicos, y que creo que también os encanta a vosotros, es cómo consiguen potenciar la luz en sus casas. El blanco sobre blanco es una de las máximas que siguen, y un concepto que me encanta. Hoy vamos a ver unos cuantos espacios con esa característica, todo-todo en blanco, y "estudiar" cuáles son las claves para conseguir llevarnos ese concepto a nuestra casa.
Y además, si sois de los que pensáis que el blanco queda demasiado "frío" y no es para vosotros, también añadiremos unas ideas para volverlo más acogedor. Los colores, como ya sabéis, son sensaciones. Nos transmiten. Y sí, vale, el blanco puede quedar realmente austero e invitar poco en una vivienda, sin embargo, también puede ser la mejor opción sobre la que trabajar un espacio y transformarlo en nuestro hogar.
Ahora lo veremos... Me acompañáis?
Buen lunes!
Coralia.
BLANCO SOBRE BLANCO
Diferentes matices de blanco. Utiliza blancos empolvados, blanco roto, beige, blanco perlado, blanco tiza... Todos los blancos son bien recibidos, porque en esa mezcla está la base para conseguir un ambiente rico en sensaciones.
Las texturas. Es muy importante cuando trabajamos en monocromo, añadir y aportar esencia con los materiales de los elementos que lo componen. Si hablamos de los textiles, todavía más. Las lanas, las mantas gruesas, la ropa de cama mullida, los cojines, las cortinas... En invierno todos con tactos suave y apetecible, que "abrigue" el ambiente, y en verano recurriendo a tejidos más ligeros, como el lino o los algodones, que "desnudan" el espacio.
Los muebles con carácter. Es imprescindible, si queremos que nos quede "cálida" y hogareña nuestra casa, que añadamos muebles con aire más vintage, piezas rústicas, muebles heredados, piezas con historia y auxiliares que aporten sensaciones. Si nos centramos en muebles de líneas rectas, será más difícil transmitir un aire cercano a la decoración. Un ambiente más ecléctico, en cuanto a mobiliario se refiere, es la base para conseguir nuestro objetivo.
Objetos personales. No tengamos miedo a cargar el espacio con objetos decorativos. La base blanca nos va a permitir mezclar sin miedo, porque el monocromo es lo que garantiza la armonía del conjunto. Retratos, láminas, libros, cajas... Todo quedará perfecto con una base de blanco.
Más colores. Los grises y los topos serán nuestros aliados si queremos salir del blanco sin romper esa sensación de "monocromo". Además, enriquecerán el resultado final de nuestra casa.
Vía
Fuente: este post proviene de Petite Candela, donde puedes consultar el contenido original.
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