Mens Sana in Corpore Sano

Nunca había sido tan consciente de lo importante que es desprenderse de las ideas malas que a uno le van llenando la mochila de cosas negativas e innecesarias. Y tampoco de la fuerza de la razón para vencer estas cosas y cambiarlas en cosas buenas. Saber transformarlas en cosas positivas y que nos sumen.
Este último año me ha enseñado muchas cosas. La más importante y la que más me costó asimilar es que no soy tan fuerte como pensaba. Si, es así. Siempre me he considerado una mujer fuerte y valiente. Pero tal y como ha ido este año he tenido que reconocer que no tengo la fuerza que creía, pero que si soy valiente, mucho más de lo que pensaba. Fui débil para afrontar ciertas cosas, pero fui valiente en actuar y tomar decisiones.
Poco a poco, a medida que pasa el tiempo vas descubriendo lo que realmente es importante en tu vida. Yo este año he aprendido a decir "no", sin dar explicaciones y sin importarme esas críticas destructivas que tanto han mellado en mi vida. Si, reconozco que aunque siempre he creído que me importaba muy poco la opinión de los demás, en realidad me importaba más de lo que yo me decía, de ahí que tantas veces el hacer o decir "algo" siempre ha estado condicionado por lo que pudieran pensar los demás de mí. O bién, sufría después de decir algo pensando en que fallaba a alguien o pudieran verme de alguna forma que no me gustara. Ahora simplemente me da igual. Me importa lo que piensa mi gente, mi familia y mis buenos amigos. En resumen, vas a prendiendo a vivir más tu vida y menos la de los demás. También he aprendido que nadie sobra en mi vida, que la gente te aporte más o menos siempre suma, porque dentro de las diferencias hay una oportunidad de aprender un nuevo punto de vista o ver las cosas de otra forma, de hacer a uno más tolerante y de respetar opiniones, carácteres o puntos de vista de gente que no es como tú.
Es muy fácil opinar sobre los demás, criticar y envidiar. No tiene mérito, la simpleza de creer que tu vida es la mejor o que tú siempre haces lo correcto. Lo difícil es identificar que la vida de los demás está llena de errores como la nuestra, pero que nada podemos ganar fijándonos en el ajeno, que lo que hay que trabajar es el mal propio y la falta propia. A veces sentimos la necesidad de dejarnos eclipsar por los fallos de la gente, porque así ocultamos nuestros malos pasos, pero es humo, es falso y se acaba convirtiendo en algo muy sucio.
Parece fácil ser fiel y coherente a uno mismo, pero no lo es. Y es una suerte poder llegar a sentirte así, libre de mente, con inteligencia emocional. Porque no es fácil pero es gratificante aprender a vivir tu vida sin ese miedo a lo que los demás puedan ver de tí. Podemos enseñar aquello que nos gusta de nosotros, y esconder lo que no nos gusta, pero nunca estaremos entonces mostrándonos nosotros mismos. Para qué? Si al final tu vida es tuya y tienes que vivirla contigo. Mejor hacer frente a como eres, luchar por cambiar lo que no nos llena y sentirse orgulloso cuando se logre. Pretender gustar no siendo uno mismo no nos va a llevar a nada. He aprendido a responsabilizarme de mis actos, mis palabras y mis dejadeces. He dejado que me critiquen, porque de ello he aprendido, he permitido equivocarme, porque luego he aprendido, he rectificado y me han perdonado. Todo en mí se ha vuelto más sano, mi mente es más sana, y pensar bonito y bien no es tan fácil con esta vida que sólo nos da estrés, celos, y egoísmos. Aprender a pensar bien y bonito se puede, sólo hay que querer, dejar de mirarse el ombligo y aprender a sonreír no sólo con la boca, sino también con los ojos, con las manos, con el pecho, con el vientre, con la cabeza y con el corazón.
He aprendido a forjar mis valores, sellarlos y dejarlos impenetrables, a querer ser mejor persona día a día y hacer por serlo, pensar que no estoy sola, y practicar de corazón el amor y la amistad. He convertido mis ambiciones en aspiraciones y he prometido nunca perder mi identidad.
Y qué cierto es que ayuda a que nos venga bonito y bien cuando nuestra mente es sana y sonríe.
Gracias a esas páginas que tanto me han ayudado, nunca creí tanto en el poder de la lectura. Gracias a situaciones que te ponen de cerca con gente que quieres y que te obligan a hacerte fuerte para estar ahí y que siempre te enseñan mucho. Gracias a mis amigos, a mi familia, y a mi cosita, el mayor de mis gurús, contigo aprendo tanto Enric...tú me haces mejor persona, me sumas y me enriqueces.


Aire

Besos, Marta
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