Seguro que no soy la única en la sala que siempre soñaba con vivir en una buhardilla. Al menos a mi, me encantaba subir al "sobrao" (así se le llama a la buhardilla en la zona zamorana) de mi abuela, y perderme entre baúles, maletas y viejos recuerdos.
Siempre desee tener ese espacio como mi propio dormitorio, disponiendo de ese encanto de las vigas de madera, y a pesar de que también me diera miedo pensar en la grandeza y en si algún ratoncillo me haría una visita.
El caso, es que este tipo de construcciones, siempre han sido como una debilidad, y eso que no siempre son económicos (si no mas bien lo contrario) y que luego nos encontramos con la tesitura de como sacarles partido y encontrar almacenaje y utilidad.
Si bien, vivir hoy en día en la buhardilla se suele dar mas en zonas céntricas, me encanta encontrar pisos e ideas para nuevos proyectos, reformas y sobre todo, darle una vuelta a esos "problemas" de espacio que a veces nos encontramos.
La buhardilla de hoy, la verdad es que además se trata de un apartamento, (para que despilfarrar metros) donde se unen cocina, salón y dormitorio en una misma estancia.
Lo francamente sorprendente es como se ha conseguido ese aire cálido y acogedor, que nos deja disfrutar de la vivienda a pesar de sus problemas de altura y transito, descubriendo, entre otros, lugares tan privilegiados como esa cocina tan cómoda.
Yo me quedo con muchos detalles, su ambientación escandinava y esa luz tan especial. (porque con la A luminosa, no puedo decir mas que... hemos tenido un flechazo.)
Feliz fin de semana!!!
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By Carolina
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