Uno de los muebles más importantes del salón son los sofás y los sillones y si hablamos de estos muebles y del estilo vintage no podemos evitar hablar de los modelos Club, nacidos a principios del pasado siglo XX. Hoy en día se han convertido en todo un objeto de deseo para aquellas personas que quieren decorar su casa con estilo y con tendencias vintage.
Su origen proviene de nuestro país vecino Francia, aunque también se atribuye un origen británico o norteamericano. Nació gracias a nuevas técnicas en cuanto a tapizado y rompía con los moldes de lo que se conocía hasta el momento, es decir, sofás y sillones con formas más angulosas, esquinas cuadradas y formas bastante simétricas.
Cuando aparecieron los sillones y sofás Club, con sus formas redondeadas, tuvieron un gran éxito y su índice de ventas aumentó muchísimo. Las personas de aquel entonces querían un cambio, algo innovador y este modelo era aquello que se buscaba. Fue tal su fama, que además de ser uno de los más vendidos, fue muy imitado, por lo que muchos fabricantes comenzaron a adoptar las formas de estos muebles.
No solo fue el diseño el que les hizo tan famosos sino su comodidad. Los sillones angulosos que existían hasta el momento eran bastante incómodos y aunque en un principio muchas personas no podían pagar el conjunto porque era bastante caro, muchas decidieron comprar las versiones más asequibles que habían lanzado las empresas competidoras, pero eran de peor calidad.
La calidad de los sillones Club originales era tan excelsa que los grandes restaurantes y clubes, tanto franceses como ingleses, pujaban por hacerse con este mobiliario para sus locales frecuentados por personajes importantes de la sociedad de aquellos años y es de aquí de donde viene ese nombre que reciben tanto los sillones como los sofás Club.
Aunque hoy hay versiones de piel sintética, en sus orígenes se eligió la piel de oveja, una de sus principales señas de identidad. Esta piel, si se cuidaba era muy resistente y duradera y de hecho, hay sofás y sillones Club de principios del siglo pasado que están en perfecto estado de conservación pero su precio es verdaderamente alto, por lo que tener un mueble de estos puede llegar a ser todo un capricho.
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