Tarima flotante: Es de madera, tiene un grosor mínimo de 4 milímetros, se puede acuchillar, como los suelos de madera tradicionales, la hay de madera multicapa y de madera maciza.
Suelo laminado: Se compone de varias capas de materiales derivados normalmente de la madera siendo la última capa un compuesto sintético de resinas de melamina con un dibujo impreso imitando a la madera, aunque también los hay que imitan otros materiales.
En este post nos vamos a centrar en el suelo laminado por una serie de cuestiones. La primera porque es una solución económica para vestir los suelos de casa. En segundo lugar porque es muy resistente y si tienes niños en casa es algo muy a tener en cuenta. En tercer lugar por la amplia variedad de acabados que presentan. Hoy en día encontramos infinidad de marcas que ofrecen este material con una calidad extraordinaria y, por último, porque quedan realmente bonitos y nos permiten tener un suelo que parece madera sin serlo, con las ventajas de mantenimiento que ello conlleva.
Suelo laminado según la estancia
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un suelo laminado es determinar dónde lo vamos a colocar y qué uso le vamos a dar. No es lo mismo una casa donde viven familias con niños, mascotas. Si la intención es colocarlo en la cocina o en el baño, donde están expuestos a manchas y humedad…
El caso es que en el mercado, además de encontrar laminados con infinidad de acabados y texturas vamos a encontrar suelos que incorporan prestaciones muy a tener en cuenta: tratamientro antibacterias, antirayaduras, antideliszante, antiestático. Por lo que es recomendable perder un poco de tiempo analizando las prestaciones de cada tipo de suelo en función del uso que le vayamos a dar.
Existen diversas categorías que se organizan según la resistencia del material. Así los suelos laminados de la clase AC5 serían muy resistentes y los recomendados para un uso muy intenso; los AC4 para un uso intenso y los AC3 para un uso moderado.
¿Cuánto cuesta instalar suelo laminado?
Instalar un suelo laminado suele ser, por regla general, una solución más económica que si nos decantamos por otros materiales. En el presupuesto van a influir básicamente la calidad del suelo laminado y la superficie.
El precio medio incluyendo el material, pongamos un AC4, y la mano de obra ronda los 25 € el metros cuadrado. Estaría entorno a los 2.500 euros para un piso de unos 100 metros cuadrados.
¿Qué color y textura de suelo laminado elegir?
En la elección del suelo laminado va a influir, además del gusto de cada cual, si la casa tiene más o menos luz natural y si hemos de combinarlo con unos muebles determinados. Son tendencia los suelos laminados blancos y grises que aportan mucha más luminosidad. Sin embargo, si lo que buscamos es aportar calidez y lograr un ambiente acogedor, lo mejor es optar por los tonos marrones, que se se asemejan más a la madera natural, y que podemos encontrar en una amplia gama.
También va a influir en el ambiente que queramos conseguir la textura de las lamas. Las encontramos desde lisas y pulidas para ambientes más sofisticados a acabados que reproducen las estrías características de las maderas aserradas y que encajan muy bien en ambientes rústcios y decoraciones tipo industrial.
En cualquier caso la variedad es muy extensa, sólo hay que estudiar bien cuáles son nuestras necesidades y cuál es el suelo laminado que mejor encaja en nuestro proyecto.
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