Y digo diferente porque aunque este piso cumple con los principios básicos en los que se fundamenta dicho estilo (líneas rectas, ligereza en los espacios, predominancia del blanco donde los toques de color los aportan principalmente los tejidos, presencia de la madera en el pavimento y en algún mueble) tiene un toque clásico que recuerda mucho a lo que denominamos clásico renovado.
Los techos altos rematados con molduras, las puertas de cuarterones, el pavimento de madera en forma de espiga, las lámparas, la chimenea y el cabecero con capitoné del dormitorio principal aportan el toque clásico que, junto con la utilización estratégica de tonalidades grises y arena sobre “fondo” blanco dan como resultado un espacio que emana elegancia.
En esta vivienda el blanco es el color dominante y lo encontramos en elementos como son las paredes, la carpintería exterior e interior, el mobiliario de cocina, la chimenea, el sofá, etc., mientras que la gama de los tonos madera, arena y grises ocupan un segundo lugar; en el suelo, en la encimera de la cocina, en parte del mobiliario, en textiles y cuadros… Y por último, pequeños toques de color de forma muy puntual: en el mueble teja de la cocina, en los archivadores del dormitorio infantil, en los complementos de la terraza y en el recibidor, la zona más colorida de la casa gracias a un elegante papel de flores.
Se trata pues de una casa decorada en tonos neutros que dan la sensación de uniformidad y donde se conciben todos los espacios como un único conjunto, la vivienda, en el que destacan de manera muy puntual pequeños toques de color, a destacar el armario de la cocina, un bonito mueble recuperado que a mí personalmente me encanta.
En definitiva, una casa que invita a la calma y el relax.
Vía
¡¡¡Feliz fin de semana!!!
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