Un patio dentro de casa

Las tardes invitan al reposo y a la conversación

exterior
Durante el verano, cuando cae la tarde, las tardes invitan al reposo y a la conversación. Ana lo sabe, y por eso ha decidido aprovechar un pequeño patio interior de su casa para ello. Lo que antes era un patio de cemento tosco y algo descuidado por la presencia de animales de compañía, se ha convertido en un amplio espacio para el descanso.

 

La luz incide en él de manera indirecta debido a los muros que lo resguardan y que cercan la vivienda. Son de piedra gallega y el cemento del suelo se ha sustituido por pizarra, un material que habitualmente se utiliza para las cubiertas de los tejados. Duro y resistente, pero acogedor y decorativo al mismo tiempo.

 

La única división que tiene este patio la forman las columnas metálicas que recuerdan a los viejos cafés de los años 60. Pintadas en negro contrastan con las paredes de piedra. A la entrada, los muros que enmarcan la entrada se han pintado de granate logrando un estético contraste.

Grandes vasijas de barro cocido albergan matojos de flores en tonos fucsia y malva. El musgo que se ha pegado a ellos les da color de tierra.

Ideado para el descanso, este patio se llena de sillones, sillas y mesas. De distinto estilo, tanto en lo que concierne a las telas como a los muebles, consigue de manera sutil una estructura armónica.

Las plantas de colores y en perfecto estado hacen pensar que llevan allí toda la vida. Los coloridos geranios dejan caer sus hojas en el suelo de pizarra como si sus pétalos formasen parte del decorado.

Un pequeño olivo se ha ubicado en la esquina del patio. Preside de una manera tímida pero al mismo tiempo vistosa este recinto de piedra y pizarra.

Una gran rueda de molino reposa sobre una de las paredes. Como dejada por casualidad, forma parte del atrezzo de este patio cargado de coloridos motivos.

Bajo el voladizo del patio se ha dejado un sillón floreado. Encima de él, un pequeño retablo de porcelana portuguesa con angelotes presenta el contrapunto al estampado inglés.

En el fondo del patio encontramos un antiguo arcón de madera sosteniendo viejos recipientes de barro cocido. Un candelabro alto con una vela reposa a su lado, prueba de que su tenue luz ha iluminado alguna agradable noche.

Entre tanta piedra se mezcla el metal. Las columnas y las escaleras que dan acceso al piso de arriba de la casa están construidas en metal negro. El granate de la pared de entrada crea un contraste elegante entre materiales.

La forja en sillas, mesas y silloncitos, es el material estrella que llena este patio. Los colores son variados, llegando incluso al amarillo, como es el caso de este pequeño sillón.

La luz artificial llega al patio a través de antiguos candelabros de forja o lámparas de exterior. Se sitúan en la parte cubierta del patio, donde se ha colocado una mesa para comer en forja y en cristal.

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