Ciudades medianas muy bien comunicadas, parques y multitud de tiendas encantadoras, cafés y bombonerías. Bruselas es la capital ideal para alojarse, pasar un par de días o tres recorriendo la ciudad y aprovechar otros tres o cuatro días para visitar las otras ciudades más conocidas del país.
Bélgica tiene una fantástica red ferroviaria que comunica prácticamente todas las ciudades importantes del país. Así, no hace falta alquilar coche para poder recorrerse los destinos turísticos más importantes. Basta con coger un billete de tren de ida y vuelta.
CIUDADES
Brujas
Es la ciudad perfecta, como sacada de un cuento de hadas y es desde el año 2000 Patrimonio de la Humanidad. El centro histórico mantiene todo el encanto de una pequeña villa medieval, con sus calles empedradas, sus edificios bajos y sus iglesias, y sus numerosos canales.
Amberes
La más grande de las tres ciudades, Amberes es una gran ciudad consagrada por el comercio y por su actividad portuaria. Centro neurálgico del comercio de diamantes, toda la ciudad está llena de joyerías. Es genial para pasear, ir de compras, comer en cualquier bistró o café, descansar en una de sus innumerables plazas.
Gante
La más flamenca de las tres ciudades turísticas, es sin embargo la que en mi opinión más encanto tiene. Gante no es tan turística como Brujas, ni tan comercial como Amberes, pero emana un ambiente creativo y dinámico por toda la ciudad. Su centro histórico es igualmente hermoso y sólo por comer en algunos de los restaurantes o cervecerías de la ciudad merece la pena acercarse.
Bruselas
Hay quien opina que Bruselas es una ciudad anodina, en la que no hay mucho “que ver” o hacer. Sin embargo, personalmente me encantó y me pareció una ciudad ideal para estar con niños. Los típicos tópicos de Bruselas incluyen varios placeres para los golosos (como yo): gofres rebosantes de nata y frutas, bombonerías de las que te llevarías todo, tiendas de chuches irresistibles y cafés con mucho encanto.
Para visitas culturales familiares están muy bien el Museo del Cómic y el nuevo Museo Original de Figurines (inaugurado después de nuestra visita, así que no lo conocemos, pero con reproducciones de los Pitufos, Asterix o Tintín, entre otros ). Y desde luego, volvería una y mil veces a hacer compras en el bullicioso barrio de Ixelles.
En cuanto al alojamiento, nosotros nos quedamos en un piso maravilloso que podéis ver en el enlace, ¡perfecto además para familias!
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