Un proyecto de reforma realizado por el estudio de interiorismo Nimú, que ha logrado un espacio atractivo y funcional, que permite cubrir a la perfección las necesidades de sus inquilinos. El ” truco” está en que es un apartamento destinado a uso vacacional, por lo que las necesidades de almacenamiento se reducen considerablemente.
Destaca la acertada decoración y el uso del espacio, la capacidad de potenciar la luz natural y el encanto de esta vivienda de principios del siglo XX, donde el espacio anterior era una auténtica locura.
Un proyecto de reforma en el que el objetivo principal consistía en multiplicar la luz a base de tonos blancos en las paredes, suelos y mobiliario, respetando además elementos originales como las vigas históricas de roble.
El estudio creó a medida una cocina y un armario donde está metida la lavadora. Hay espacio de almacenaje para guardar sábanas, despensa, maletas, etc…
Para amueblar, optaron por algo de diseño propio de Nimú y mobiliario de Ikea.
El resultado como puedes apreciar es increíble, sin duda todo lo que querríamos encontrar en una vivienda que por su tamaño bien podría ser la habitación de algún hotel: comodidad, luz, calidez, personalidad… ubicado además en un barrio con encanto.
En el próximo post... 30 m2 bien resueltos
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