5 años de blog

Madre mía, 5 años ya… ¡Me parece increíble! Recuerdo perfectamente a la Esther tecleando en google tutorial para etiquetas de blogpost como si fuera ayer. Si me hubieran dicho que algún día eso se convertiría en mi trabajo me hubiera reído a carcajadas.

En estos cinco años he aprendido muchísimo. He hecho un master acelerado de copywritting, marketing y económicas. He sido mi propia jefa, becaria, secretaria, informática y gestora. Ha habido momentos de todo: de disfrutar al 100% de lo que me estaba pasando y momentos de estar delante del ordenador y desear cerrar el chiringuito. Siempre os he contado que todo esto empezó con el único fin de poder conciliar mi vida laboral y familiar en un país que no nos lo pone nada fácil.



No sé hasta cuando estaré aquí, o mejor dicho, con qué intensidad e interés escribiré detrás de la pantalla; pero lo que sí que sé es que he descubierto una faceta en mi que no sabía que existía. Nunca me planteé estar fuera de las aulas, yo ya era feliz. Pero el nacimiento de mi primera hija me empujó a salir de la zona de confort y descubrí que también podía ser feliz de otras maneras. 

Ya sabéis que para que esto se sostenga tiene que haber alguien que lo financie. Alguien que pague las horas que se invierten en pensar contenido nuevo, hacerlo, fotografiarlo, escribirlo y saber llegar a la gente que le interesa. Eso es básicamente lo que separa los blogs/perfiles de instagram/canales de YouTube, etc de un hobby a un trabajo.

Compaginar ambas cosas y encontrar el equilibrio es complicado. A mi me encanta sentarme a escribir, contar y compartir mis experiencias como madre, conectar con gente que siente y vive lo mismo que yo. Me encanta trabajar con las manos y mostrarlo. Del mismo modo que me gusta buscar en la infinidad de internet y sorprenderme con la cantidad de cosas que tenemos por aprender y hacer. Y cuando me llegan ofertas que funden ambos intereses es genial; y hacen que esto pueda seguir existiendo. 



El problema llega cuando todo el trabajo que os he descrito anteriormente, más el machaca y mecánico: contestar mails, llegar a acuerdos, firmar y hacer papeleo se hace tan grande que sientes que no llegas. Y no llegas porque evidentemente priorizas tu papel como madre, ya que es ese el motivo por el cuál decidí apostar por este trabajo.

Entonces llega esa horrible sensación de ansiedad de que no llegas a nada, que estás a medias en todo. Que estás trabajando pero haciendo mucho menos de lo que podrías ofrecer, que te equivocas… Pero sobre todo, que en tu papel de madre te ves desbordada, que no estás presente, que la linea entre el trabajo y maternar se difumina… Y se convierte en una pesadilla.

A todo ello, se le suma el cansancio de criar y no dormir; y con ello una creatividad que se esfuma entre tanto estrés. 



Hace 5 años abrí el blog y descubrí que podía manejar más fácilmente lo que quería y me hacía feliz. Que podía vivir intensamente una maternidad que me chutaba de energía y que me hacía sentir más viva que nunca. Lo que no sabía es que conseguir que fuera un trabajo con éxito me traería momentos que me llevaran a sentir completamente lo contrario.

Ha sido un año muy duro, no os voy a engañar. Viendo como la lista de ideas se quedaban en listas. Viendo como no era capaz de llegar a los objetivos que me marcaba cada mes, y lo peor de todo, viendo como esa angustia estaba haciendo que dejara de disfrutar de mis hijas. Decidí cerrar el blog 2 meses en verano y limitar las publicaciones patrocinadas en IG lo justo para quedar en positivo. Y a la vez, aceptar las consecuencias de hacerlo: ver como te vas haciendo pequeña e invisible cuando no estás esclava haciendo girar la rueda. Fue duro pero estaba convencida de que era el camino que quería coger.



Ahora sé que  que Blomma no tirara hacia adelante fue una señal, incluso un regalo. Porque viendo cómo termino el año hubiera sido imposible llevarlo a cabo. Los últimos meses de 2019 han sido muy cansados. Dedicando las 12 horas del día 100% a mis hijas (una nueva adaptación escolar, un bebé que empieza a caminar, a dejar de dormir siestas y a reclamar su parte del pastel), una casa que tirar adelante y un escritorio al que me sentaba a las 9 de la noche sin saber por dónde empezar. De fines de semana en exclusiva trabajando y moviendo a toda una familia para poder llevarlo a cabo.

Me he sentido mal por la responsabilidad que conlleva estar aquí, por no poder seguir el ritmo de publicaciones del blog, por no poder escribir los posts que tanto me pedís y por no poder ofrecer a este trabajo todo lo que se merece. A finales de 2019 decidí que así no quería seguir, y que era necesario actuar para volver a sentir que era yo la que dominaba la situación y no al revés.

Y en estas me encuentro. Todavía no tengo muy claro cómo voy a hacerlo, pero tengo claro que necesito un cambio. El tsunami de cariño que me disteis ayer en Instagram me sirvió para darme cuenta que sois muchas las que amáis este blog tanto como yo y que encontráis en él una gran fuente de respuestas e inspiración.



Tengo ganas de volver a escribir con una sonrisa en la cara, y no con una mirada pegada al vigila bebés. Tengo ganas de volver a crear y compartir con vosotras en paso a paso. De daros ideas, recursos y recuperar la complicidad con vosotras. De disfrutar de mi trabajo y de callar esa vocecita que me dice venga, venga que no llegas.

Pero sobre todo quiero agradeceros el haber seguido aquí, al pie del cañón. Ver que las entradas en el blog seguían entrando diariamente aunque no hubiera contenido nuevo ha sido sin duda el botón que me ha dicho: ¡Esther esto tiene que seguir en marcha!



Celebro un quinto año un tanto agridulce pero haré todo lo posible para que este 2020, esta nueva década, sea un gran año para el blog y para que puedan volver a salir a flote los proyectos que se quedaron en el tintero.

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, muchas gracias por cada comentario, por cada corazón y por cada minuto que habéis pasado navegando en este blog.

¡GRACIAS!



Fuente: este post proviene de Estoreta, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

¡Hola a todas! hoy os traigo un nuevo post de algo que forma parte del día a día de todas las familias: cocinar con niños pequeños. Seguro que todas las que tenéis peques en casa estáis de acuerdo con ...

¡Hola a todas! Por aquí os comparto una nueva escapada para hacer en otoño (o en cualquier época del año) LA VALL FOSCA. Es un sitio mágico, tranquilo y desconocido que seguro que os enamora. Además t ...

¡Hola a todas! Una semana después de nuestro viaje a París, os dejo por aquí el itinerario que seguimos. En total fuimos cinco días, de miércoles a domingo. ¿Cómo llegar hasta París? En esta ocasión n ...

¡Hola a todas! hoy os traigo un nuevo post de algo que forma parte del día a día de todas las familias: cocinar con niños pequeños. Seguro que todas las que tenéis peques en casa estáis de acuerdo con ...

Etiquetas: estoreta

Recomendamos