Un color claro:
Los diseñadores de interiores siempre ven con buenos ojos que el cuarto de la pareja tenga tonalidades blancas o al menos en colores claros (en los que por supuesto aplica el estilo vintage), a fin de aprovechar la imponencia. Así mismo las paredes podrían tener estampados en crema, con formas redondeadas o triangulares que no sobrepasen los 10 centímetros de cada figura individual.
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La cerámica en suelo y enchapes del baño:
Como te lo mencionamos al principio, esta habitación matrimonial supedita elegancia, así que la cerámica jugará un papel fundamental: puedes recurrir a cuadriculas sin más detalles que un color blanco, mientras que en el baño de la habitación podría gozar de un enchape completo (pisos y paredes) en un relieve cómodo, fácil de limpiar y con relieve antideslizante en la zona de la ducha.
Cuadros y arte:
El mejor lugar para poner un cuadro en la habitación matrimonial, sin duda es la cabecera de la cama. Es ideal que este tenga coherencia con los colores utilizados en el resto del cuarto, sin embargo, debe resaltar como decoración principal. En cuanto a las medidas, no debe tener más de un metro de ancho o al menos estar 50cm separado del borde del techo. La anchura, debe estar bien definida para ser la misma que la anchura de la cama.
Ventanas y cristales:
Sino eres un amante de las lámparas, es entonces momento de analizar los vidrios que dan luz natural a la habitación (en caso de que sea posible, por supuesto). Estos deben estar despejados en el día y cubiertos en la noche con persianas bien trazadas para evitar la perdida de tonalidades. De igual modo, funcionan muy bien las cortinas automáticas en casa con estilo moderno como la que verás a continuación.
Espejos y sillones:
Tanto el hombre como la mujer, van a necesitar tener un espejo a la mano, y lo mejor para brindar la sensación de contar con un espacio más amplio, es tener uno grande, con cajoneras y de preferencia fabricado en madera para ir acorde con tu diseño, sin importar de cuál se trate. Los muebles por su parte, deben contrastar con el color del suelo y las paredes y nunca estar de lado derecho o izquierdo de la cama, sino en la zona baja (a menos que se cuente con gran espacio lateral).
Recuerda también el acolchado, las fotografías sobre las estanterías, y los detalles en las mesas de noche: un libro abierto, algunos bolígrafos y una jarra con agua. Así mismo los tapetes de cada lado de la cama en tejidos suaves y con superficie antideslizante.