Esta tendencia abarca, lamentablemente y actualmente a más del 65% de la población activa, y va desde pequeñas acciones, como posponer ir al mercado a comprar algo necesario, hasta mucho más complejas, como entregar a tiempo un informe esencial en el trabajo, o hacer fuerte nuestra palabra, que, se dice, “es lo que más valor tiene en los vínculos humanos.” Pues bien: parece que no es tan así, a la vista de los resultados de este sesenta y cinco por ciento de las personas.
La vida se vuelve más difícil con la dilación, debido a que la misma reduce nuestra motivación. Sin motivación cada vez son más las obligaciones sin terminar. Entramos en un círculo vicioso del cuál es muy difícil salir.
La ciencia explica que se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual. El término “procrastinar” (y no procastinar, como se lo ha simplificado popularmente) se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener una fuerza de voluntad para concluirla.
Hoy queremos compartir 7 Tips que te ayudarán a dejar de postergar. Conocerlas y aplicarlas nos ayudará a vencer la inercia que nos detiene y no nos deja actuar en el momento correcto.
1. Aumentar la confianza
Posponer suele suspender temporalmente los derechos de los demás. Las personas se sienten desde fastidiadas a engañadas con nuestra postergación. Si nos convertimos en personas que no dilatamos los asuntos, incrementaremos la confianza que transmitimos a los demás, lo que definitivamente traerá muchos beneficios a nuestra vida.2. Descubrir nuevas habilidades
Muchas veces postergamos porque secretamente pensamos que no estamos a la altura de lo que debemos hacer. En este caso deberíamos iniciar la acción con un fin diferente, el de descubrir si no tenemos alguna habilidad oculta que facilite la tarea. Cuando descubrimos estas habilidades ocultas nos motivamos automáticamente para tomar acción, cuando antes preferíamos no hacerlo y la acción con motivación da mejores resultados.3. Una vida más liviana y libre
Los proyectos que demoramos o prolongamos innecesariamente, no desaparecerán por arte de magia, siempre estarán ahí recordándonos nuestro error y avivando la fantasía de “qué hubiera pasado si” Cada postergación se vuelve un peso en una bolsa imaginaria que llevamos a cuestas. Si dejamos de postergar, la vida se volverá más liviana a medida que vamos siendo personas activas y nos despojamos de la carga innecesaria.4. Aumentar la autoestima
Procrastinar literalmente aplasta nuestra autoestima. Cuando actuamos sin postergación nos sentimos mejor, nuestra confianza en nosotros mismos aumenta, nuestras metas comienzan a verse más cerca y los logros no tardan en llegar. Pero todo esto es posible si damos el primer paso que es entrar en acción sin dilatar.5. Disfrutar la responsabilidad
Debido a que somos conscientes de las obligaciones no cubiertas, no podemos disfrutar plenamente de las cosas que estamos haciendo. Cuando dejamos de postergar haciéndonos responsables de nuestras obligaciones, nos encontramos disfrutando plenamente de lo que antes era una carga. Ser personas de acción nos aligera la vida.6. Aumentar el coraje
Viajar por la autopista de la procastinación tiene un muy elevado peaje, el miedo. Siempre que postergamos sentimos temor por las consecuencias, porque en el fondo sabemos muy bien que las situaciones que se aplazan se vuelven más complejas con cada día que pasa. Cuando dejamos de postergar, enfrentamos las consecuencias de las acciones en el momento oportuno obteniendo mejores resultados lo cual termina elevando nuestro coraje.7. Disminuir la ansiedad
La carga de mantener los proyectos en espera, suele resultarnos más pesada de lo que creíamos. Mantiene nuestra mente bajo un constante estado de ansiedad y estrés. Cuando dejamos de postergar, nos hacemos responsables de nuestros deberes, liberamos nuestra mente y alcanzamos una mayor claridad.La dilación no deja que nuestras responsabilidades pasen, en realidad les apila y las convierte en una carga para nuestra vida, el éxito y el disfrute, afecta nuestras creencias acerca de nosotros mismos y disminuye nuestras propias habilidades para tener éxito.
Nuestro hábito de aplazar las cosas es un hueso duro de roer, pero los beneficios personales de poner fin a la dilación bien valen todo nuestro esfuerzo por cambiar.
Recordemos lo que dijo Einstein: “Si hacemos siempre las mismas cosas, obtendremos siempre los mismos resultados”.
#EXTRATIP
¿Y cómo podemos dejar de sabotearnos y abandonar este nocivo patrón de conducta? Los expertos recomiendan realizar, en primer lugar, una lista de las tareas que solemos procrastinar con más frecuencia. Junto a cada una de ellas debemos anotar qué efectos ha tenido esa dilación en nuestra salud, felicidad, estrés, relaciones.