Si la semana pasada una experiencia paranormal nos convenció de que renovar una cocina sin obras y por poco dinero es posible, en el post de hoy nos encargaremos de reinventar el salón de este piso destinado a alquiler, aunque estos mismos consejos podrían utilizarse en un piso donde tú eres el inquilino o uno que se quisiera vender.
Recordemos en qué consiste el home-staging: el objetivo es que la casa ofrezca una buena primera impresión y maximizar nuestra inversión, teniendo en cuenta que queremos gastar poco dinero y gustar al mayor número de personas posible.
salón-comedor después de la renovación En este caso nos vamos a decantar por realizar una decoración informal y alegre destinada a una familia joven con hijos, utilizando tonos neutros y el color rojo como protagonista.
Comenzamos pintando nuevamente las paredes de blanco y de paso tapamos el color salmón ochentero de la moldura del techo.
Vamos a aprovechar los muebles de estilo provenzal existentes, y basándonos en ellos elegimos el estilo rústico campestre.
Para aprovechar al máximo la entrada de luz natural sustituimos las viejas cortinas de terciopelo verde oscuro. Para ahorrar dinero confeccionamos nosotros mismos las nuevas cortinas y visillos con una tela más ligera de estampado alegre y colorido (5/metro doble ancho). Así la cristalera que da a la terraza deja pasar más luz, haciendo la estancia más amplia.
Convertimos el pesado mueble en un ligero aparador desmontando la parte superior del mismo. Este mueble se limpió y los arañazos y desperfectos se disimularon con un poco de “reparador” (producto limpiador a base de ceras).
La pantalla de la lampara de pergamino amarillento daba una luz triste y pobre así que se cambió por una nueva de tela blanca (8) que ilumina mucho mejor el espacio.
La mesa se vistió con un pequeño mantel floreado y a las sillas se les colocaron unos cojines ( 3’5 cada uno) para hacer del comedor un sitio más confortable.
Añadimos unos marcos pequeños en la pared ( 7’99/unidad) con motivos de casitas de pájaros. En la mesa un jarrón de fibra con flores rojas para dar continuidad al toque de color elegido.
En la zona de estar teníamos un sofá de 3 plazas con brazos de madera que resultaba incomodísimo, a los cinco minutos de estar sentado la gomaespuma de los asientos ya se había movido hasta casi acabar en el suelo. Nos deshicimos de él e instalamos un sofá cama que estaba en otra habitación al que se le colocó una funda de tonos neutros (que en realidad es una colcha fina), una mantita y unos cojines en tonos coordinados. Se compró un silloncito de ikea de fibras naturales (24) para seguir con el ambiente campestre y ganar un asiento más.
La lampara que había en esta zona no había por dónde cogerla. Era realmente fea y antigua, así que se cambió por una que compramos en ikea al irrisorio precio de 7 euros y que da un aspecto más juvenil a la estancia.
La mayoría de los cuadros del piso tenían marcos de color dorado. Con una capa de pintura negra se quitaron 20 años de encima. Las láminas utilizadas son acuarelas hechas por nosotros mismos, si tú no sabes dibujar ni pintar puedes descargar unos imprimibles gratuitos o enmarcar algún trozo de tela o papel pintado que te guste.
El cuadro de “home sweet home” se hizo a partir de unas lamas de machihembrado que sobraron al hacer el cabecero de uno de los dormitorios, y se pintó a mano con pintura acrílica.
Y ya veis, el mayor cambio en este salón comedor lo hemos logrado gracias a los nuevos textiles y complementos que dan esa nota de color y un aspecto hogareño muy atractivo. Hemos conseguido actualizar el estilo de la estancia sin cambiar los muebles que ya teníamos y con la certeza de que nuestro bolsillo no se ha visto resentido.
Además la luminosidad y la amplitud lograda por la nueva distribución hacen ahora de esta sala un lugar más cálido y abierto.
¿Te animas a darle una vuelta a tu salón siguiendo estos consejos? Si conoces otros trucos para cambiar una sala a bajo coste compártelo con nosotros!