El lavavajillas no se limpia solo por el simple hecho de ponerlo a diario.
Los restos de grasa, comida, detergente no disuelto, etc. se acumulan en él, provocando en numerosas ocasiones un mal olor. Si te fijas, es probable que adviertas ciertas partes negruzcas en sus paredes o juntas.
Conviene que lleves a cabo un mantenimiento periódico de la máquina o de lo contrario se estropeará muy pronto.
Pasos que debes seguir para limpiar el lavavajillas por dentro:
Elimina los restos de comida a diario.
Coge papel de cocina para atrapar esos restos que en numerosas ocasiones se quedan en el interior. Incluso saca las rejillas y aspas y límpialas bien, asegurándote de que quedan bien limpias. Si dejas que se vaya acumulando restos, será peor. Presta especial atención a las gomas y juntas de la puerta.
Limpia la puerta.
Para ello, resérvate una bayeta, estropajo para esta tarea. Simplemente mojándola, pásala por el interior de la puerta, eliminando todo residuo que pueda quedar, salpicaduras, etc. No te olvides de los borden laterales y superior. Mira también cómo está el dosificador de detergente, eliminando los restos que suelen dejar las pastillas.
Retira y enjuaga el filtro todas las semanas.
Este es un elemento vital si no quieres que tu lavavajillas te abandone antes de tiempo. Si el filtro está atascado, la suciedad, por mucho que limpies, se quedará permanentemente rondando por el interior.
Sumergir el filtro en agua caliente con jabón durante una hora y después frótalo con un cepillo de nailon. Finalmente, enjuágalo y vuelve a colocarlo en el lavavajillas.
Limpieza profunda una vez al mes.
Primero, limpia las paredes internas con vinagre blanco o vinagre de limpieza.
Después, ejecuta un ciclo de limpieza con el lavavajillas vacío, puedes ayudarte de un limpiador especifico que venden en los supermercados. (limpiamaquinas)
Para evitar los malos olores puedes adquirir unos ambientadores que también venden en los supermercados.