Al mirar la malla metálica pensé en los patrones de punto de cruz, y en el movimiento de crocheteros que van haciendo instalaciones por las ciudades, urban knitting…
¡Y se hizo la luz! ¿Por qué no hacer unos árboles “cosidos” a la malla?
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No hay que cuidarlos, son de estética nórdica, o mínimal o como querais llamarlo, no necesitan agua (me atrevo a pensar que alguien dirá que son ecológicos por esto) y decoran bastante…
Puede que la dueña de la casa me matase, pero es mi madre, y ya está acostumbrada a este tipo de intervenciones inesperadas por mi parte, de momento ahí siguen los pinitos y amenazo con hacer más….
Por si alguien se quiere descargar el patrón, para repetirlo, aquí lo teneis, las variaciones son infinitas, seguro que queda genial en colores, yo los hice en blanco, para que contrastasen con el bosque de detrás (y para que no me matase mi madre, dicho sea de paso) y los hice con rafía plástica, pero se pueden hacer con cualquier material que aguante la intemperie.
¿qué os parece?
Si os animais a hacerlo, ¡contadnoslo! Estamos deseando que aumente la familia de árboles de punto que cubran tooodas las vallas feas del mundo…
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