Por eso hoy os presento un jardín que, si hubiese estado bien cuidado, hubiese quedado bonito, pero cuando se suma a la falta de tiempo, un perro que va arrasando el césped poco a poco, el resultado es más parecido a una selva que a un jardín.
Este es el aspecto que presentaba
Así que para poner remedio a la situación, se optó una solución que a la vez que requiriera menores cuidados, fuera más “resistente” a la presencia de mascotas. En resumidas cuentas, se necesitaba una solución práctica.
Lo primero que se realizó fue eliminar el césped natural mediante azada y rociar el terreno con herbicida para evitar el crecimiento de malas hierbas. También se eliminaron los cepellones de varios árboles que fueron serrados en su día.
A continuación se colocó una tela anti-hierbas para después colocar una capa de lo que aquí se denomina “grava morterenca” cuya función es servir de base al césped artificial. Esta grava o arena tiene una granulometría que permite que la capa resultante se pueda compactar y quede dura a la pisada.
Una vez colocada y compactada la arena mediante un pisón, se procedió a colocar el césped en dos zonas concretas: en la zona de entrada de la vivienda y en la zona de acceso a la piscina. El resto del terreno se dejó con la grava quedando así delimitada la zona de los árboles con un aspecto más natural y fácil de limpiar de hojas, flores y demás…
El motivo de colocar el césped en estas dos zonas es porque por un lado se trata de la entrada a la casa y por otro porque para acceder a la piscina siempre es mejor hacerlo desde una zona limpia como es el césped que con los pies manchados de arena que ensuciaría el agua.
Cierto es que se podría haber realizado todo el jardín del mismo material, bien césped o bien grava o arena. Se decidió dejarlo así para ver qué tipo de pavimento era más conveniente teniendo en cuenta que el perro pasa muchas horas en el exterior y que la zona de arena siempre se puede llegar a cubrir con césped o incluso con gravas decorativas, opción por la que nos decantaríamos en caso de que la grava/arena “morterenca” no diera el resultado deseado. A todo ello se une la economía de este tipo de arena frente al césped o grava decorativa, aspecto también muy importante a tener en cuenta.
Aquí tenemos el resultado
No es un jardín de película pero al menos queda aseado sin necesidad de invertir mucho tiempo, además del consiguiente ahorro de agua que el cambio supone.
¡¡¡Feliz fin de semana amigos!!!