Estos días, tan forzosamente familiares, dan para mucho... Aparte de repostería, puzzles, gimnasia, pintura, música..., y demás aficiones retomadas o inventadas, también se sacan temas de conversación; eso sí, lo mismo de una trascendencia supina (las menos, que ya con lo que tenemos encima no queremos ofuscar nuestras mentes), que de la más nimia superficialidad. Y este es el caso que nos ocupa. Sentada en el sofá al lado de su hermano, y mientras su madre usaba la silla más incómoda del salón (qué tiempos aquellos en los que los progenitores aposentaban sus traseros en los mejores asientos del hogar familiar...), una de nuestras Julias, tras eternos minutos de silencio en los que ambos vástagos no dejaban de mirar su móvil, soltó lo siguiente... -"Pues a mí el nombre de niña que más me gusta es Marta". Quique, sin dejar de teclear el celular, lanzaba una mirada furtiva a su "consanguinea", con cara de pocos amigos... "¿Y a qué viene eso?". Así empezó un diálogo en el que descubrimos la importancia de acertar en la decisión de los nombres de sus futuros hijos, si es que algún día llegan. Los elegidos por ambos, con la reconocida complacencia de la atenta madre, eran de lo más tradicional: Marta, María, Reyes, Julia... También salieron a colación aquellos que no pondrían, bajo ningún concepto, a su descendencia, pero por razones obvias no daremos más datos...
Foto ¿Qué preferencias tenéis vosotros en cuanto a nombres de mujer? Si os apetece, contadnos vuestros temas de conversación en estos días tan "caseros".
Fuente: este post proviene de Retro y con Encanto, donde puedes consultar el contenido original.
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