Hace unos días han abierto un precioso establecimiento en nuestro barrio. En realidad, se trata de un traslado a un local más grande. Se trata de una pastelería reconvertida también en cafetería, por eso de la ampliación de espacio. No hemos podido por menos que estrenarla pues, desde fuera, atraía el aroma a deliciosos dulces y la preciosa decoración del espacio, aderezado además con unos adorables uniformes de las chicas que allí trabajan, cuyas cofias y delantales te sitúan en otros tiempos... Ni que decir tiene que, dado que una de nosotras tiene familia en la preciosa ciudad de Ronda, el origen de la "La dulcería de La Rondeña" también supuso un reclamo. Caramelos de violetas, torrijas, miel de romero... Tanta variedad de productos no dejó indiferente a ninguna, pero, como podéis suponer, la belleza del ornato fue lo que hizo que hoy dedicáramos esta entrada a nuestra merienda. Quizás no usaríamos este estilo decorativo en nuestras casas, pero, en su justa medida y según para qué habitación o establecimiento, un toque dorado versallesco lo aceptaríamos de buen gusto...
Con este post queremos poner nuestro granito de arena para apoyar al comercio de barrio, que tan sumamente mal lo está pasando con la dichosa pandemia. Y si, además, tienen tanto atractivo, ¿cómo no darles su sitio?
Y vosotros, ¿conocéis establecimientos con tantísimo encanto?
Fuente: este post proviene de Retro y con Encanto, donde puedes consultar el contenido original.
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