Por eso la primera mano de pintura era blanca; no queríamos meter mucho color que compitiese con el óleo y la acuarela.
Sin embargo, había otro lugar que nos tentaba mucho, un lugar de la casa sin decorar aun, salvo por tres apliques de luz de Laura Ashley que, en su momento, fueron un flechazo.
Puede que os choque que tengamos algún rincón de nuestras casas sin adorno alguno... Pues creednos, existía; la inspiración se negaba a llegar al pasillo.
Hasta que llegaron los copetes y nos pareció que, en mint y bajo los apliques, podían quedar bien.
Y la verdad es que nos gusta mucho cómo lucen aquí; le han dado vida y color al pasillo, disfrutan de todo el protagonismo que se merecen, y aportan ese toque vintage que, no podemos evitarlo, tanto apreciamos.
¡A esta pared le damos el visto bueno! Ya solo queda encontrar algo para la de enfrente, pero seguimos sin prisa ni presión... solo cuando surja...
¿Qué os ha parecido? Pues deseosas de saber vuestra opinión, nos despedimos hasta la semana que viene
¡FELIZ FIN DE SEMANA!