Estos cuatro fueron a los que vimos posibilidades, porque las láminas estaban en muy buen estado y eran de lo más románticas, alegres y coloridas.
Teníamos claro que era fundamental sustituir ese dorado por un tono más apropiado. Y una vez más encontramos en el verde nuestro mejor aliado.
Un pequeño gesto, pintar, consigue una gran transformación, ¿no creéis?
Cuatro pequeños y deliciosos cuadritos que llenarán de belleza y encanto vintage cualquier lugar donde se coloquen.
Ya están buscando ese rincón especial en alguna casa y, mientras, esperan en Rastro con encanto.
Con esta frugalidad nos acercamos otro viernes más al blog de Marcela Cavaglieri, para compartir ideas e inspiración a raudales. ¿Os venís?
¡Feliz fin de semana! Y no hagáis nada que nosotras no haríamos...