Cuando todo cambia (y no sabes ni por donde te llego...)

¡Dime que miento!

Un día estas con un proyecto que sabes que es lo mejor de tu vida, es más es lo mejor que has hecho.

Pero al otro día te das cuenta de que no es precisamente lo que estabas planeando, o peor aún no es lo que querías.

Así de dramático pongo el asusto, así de drástico a sido para mí este tiempo.

La vida me ha enseñado literal a chingazos.

No sé si esto sea para bien o para mal, pero lo que si te digo es que ya no quiero ser el punching bag de mis propias emociones y de mis decisiones.

He pasado un año, justo un año de abril del 17 a abril del 18 no escuchando a mi propio interior, escuche a mi exterior.

Pero mi exterior se portó engañoso y muy pero muy ojete conmigo.

Porque te cuento todo esto…

Es muy sencillo, primero porque si tengo desde noviembre que no escribo por acá y estas en mi lista no quiero que pienses que desaparecí del planeta por siempre.

Y segundo porque no me vas a creer, pero la ley de la no acción funciona, en estos meses se han suscrito más mujeres a mi blog que en todos los meses anteriores que rogaba que alguien se suscribiera.

Y ¿sabes qué? creo que es porque en esta nueva edición de mi blog estoy hablando y dejando ver desde dentro de mi como me siento y como voy a sentirme.

Cuando todo cambia

No te das cuenta del tiempo que paso, de los cambios de todo lo que te rodea, y no te das cuenta de que el pelo te creció, las líneas de expresión se te notan más, de que ya tienes más canas que pintar o de que los pantalones ya le quedan cortos a tus hijas.

Justo esto fue lo que me pasó, cambié mi forma de ver mi futura vida laboral, del cómo me voy a ganar la vida, de cómo voy a desenvolverme como mujer y mamá de dos plebes.

La vida me dio un chingazo muy fuerte

Me enseño todas mis debilidades y todos mis errores, me dejo ver todo el tiempo que perdí lamentádome el estar horas y horas frente a la computadora tratando de entender el mundo de los negocios en línea.

Me suscribí a miles de blog de mujeres emprendedoras de todo tipo, me uní a todos los grupos, leí de todo, me chute horas de videos.

Hice mi grupo, mi blog y hasta talleres, horas y horas en redes sociales, tiempo que lograron que mi cabeza se acelerará y caminara más deprisa que mi propia capacidad de hacer cosas.

Hasta que un día me cansé, me rendí de escuchar a mucha gente de lo que tenía que hacer, cómo lo tenía que hacer y hasta cuando lo tenía que hacer.

Si bien aprendí un chorro, también aprendí a que la receta mágica la tiene cada quién, no me la puede dar nadie, sí que me pueden orientar, pero no más, y menos cuando ya soy un costal viejo de creencias y paradigmas que me cuesta trabajo cambiar, y más si tengo problemas de autoridad.

La cosa es que todo este tiempo de aprendizaje me lleno de experiencias y me enseño lo que realmente soy.

Soy una mujer handmade

Cuando deje de escribir en este blog no fue por flojera o por falta de temas, al contrario, hablar de creatividad siempre tendrá mucha tela de donde cortar, pero si bien es cierto que mi vida está llena de creatividad aplicada no a todo mundo le interesa saber cómo aplicarla.

Vamos a ser honestas, ¿cuántas de ustedes leían los tips que yo te escribía para ser más creativa?, de mi lista muy pocas…

Así que eso me desanimó un poco, pero no me deje llevar por la idea de ya no escribir más, porque para mí es escribir es como sentarme a platicar contigo.

Y por aquí viene el asunto de hoy, deje de escribir para ponerme hacer cosas, mis cosas.

Tú que me conoces ya de tiempo y para las nuevas que nos acompañan deben saber que soy adicta a las flores, de la forma que sean, me encantan las flores y lo que se puede hacer con ellas, así que me dediqué a mi proyecto hand made.

Fue cuando me di cuenta de que en realidad mi enfado y cansancio era porque ya no movía las manos como me gustaba, me encanta hacer cosas, adornarlas, crearlas desde cero hasta que lleguen a una pieza que sea algo hermoso de observar.

Entendí que hay mucho que platicar de esos momentos en los que estas entrada haciendo algo, y se te acaba el silicón, o se va la luz, o no sé miles de cosas y de anécdotas que nos pasa a las mujeres hand made que no hay quien las cuente o las comparta.

Entonces aquí es lo que vamos a hacer, de ahora en adelante te voy a platicar por todo el proceso que pasa una mujer hand made en este mundo lleno de tiburones cibernéticos que te dicen como hacer las cosas.

La vida de una mujer hand made es una forma de vivir

Y así la tenemos que ver, como una forma de vivir, no algo que se aprende con el tiempo, nooooooo así somos.

Eso es precisamente lo que quiero abordar ahora, no te voy a dar los tres tips para ser más creativa, esos ya te los di, y no te importaron porque ya eres creativa.

Ahora te voy a contar todos mis procesos porqué se que en el camino te van a servir y mi experiencia en todo esto te va a servir para crear tu propia experiencia.

El identificarnos con alguien nos hace no sentirnos solas, el conocer la vida de otras mujeres quizá más locas que nosotras mismas nos ayuda a caminar con más fuerza.

Así que después del chingazo que me dio la vida aquí estoy, lista para seguir dándome de topes y seguir aquí contigo cambiando todas las veces que sea necesario para poder dejarle algo al mundo.

Las mujeres hand made somos hechas aparte y no lo sabemos reconocer, y es momento de reconocerlo y vivir como tal.

Nos vemos la próxima semana y verás que cuando sabes que tu vida es hand made y te mueves como una hand made todo es más comprensible para ti.

Cambio y fuera…



Fuente: este post proviene de Gabriela Castelo, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Al tomar el control de mi propia vida y de mi propia esencia me empodero y me dejo llevar más por la seguridad que me da el crear. Creo que estoy en plena metamorfosis en mi vida, de estar totalmente ...

Etiquetas: vida hand made

Recomendamos