Se ruega silencio, dormir hasta tarde, leer varios libros y un sitio en el que descanse el espíritu, además del body. Esto es lo que busco ahora en mis vacaciones.
Creo que he encontrado el hotel perfecto para ello.
El San Giorgio, en la isla de Mykonos.
Si los exteriores te han gustado, échale un ojo a los interiores.
La recepción, con las sillas columpio. Todo estera, blanco, mimbre y textiles cálidos.
Te imaginas desayunando aquí?
Las habitaciones.
El baño.
El lujo de lo natural.... Tal vez, algún día.
Solo se lo puedo dedicar a Borja, mi compañero de viaje perfecto. Para dejarle algo con lo que seguir soñando...
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