Lo primero de todo felicitaros el año y disculparme por haber desaparecido tanto tiempo. Mi idea era retomar la rutina el lunes, como ha hecho casi todo el mundo, pero me tienen si internet en casa (lo que afecta también a la tele y al teléfono fijo), así que a la desesperada ando compartiendo los datos de mi móvil con mis hijas y ahora con el portátil. Prometieron arreglarlo en 72 horas máximo (esto fue el lunes) y lo pusieron como urgente porque somos cuatro chalets afectados, pero veo que los plazos no se cumplen :-(
Y cambiando de tema ¿qué tal vuestras Navidades? Las mías agotadoras como siempre, y eso que este año me lo he tomado todo con más calma, pero al final los compromisos siempre están ahí y el poco descanso se nota, así que la vuelta al cole sienta bien (excepto por el despertador).
Creo que lo comenté en algún post de IG, aunque también llevo un par de años escribiéndolo en el blog, hace tiempo decidí no hacer propósitos de año nuevo. Antaño escribía largas listas con altas expectativas que lo único que me generaban eran estrés y frustración si no alcanzaba mis objetivos, ahora prefiero que éstos sean a corto plazo y más realistas, no presionarme tanto, vivir más tranquila porque lo único que pido y necesito es salud, lo demás es mucho menos relevante. Mi foco ahora mismo está en cuidar de los míos y de mi misma, eso es todo.
Y para empezar el año con energía positiva, ahí va una buena dosis de cromoterapia. He encontrado esta vivienda en la revista Elle Decor y la verdad es que me ha parecido un poco “loca”, no sé, o te encanta o la aborreces, pero seguro que no os deja indiferentes y no me negaréis que es un buen chute de color para empezar el día. Lo cierto es que jamás viviría en un sitio así, lo veo más propio para un lugar de paso, como un hotel, pero su diseño es muy inspirador ¿no creéis?
El piso se encuentra en Nueva York y fue diseñado por el estudio Reutov Design. Los propietarios, una pareja que trabaja en el mundo de la moda, confiaron en el interiorista que se inspiró en Méjico para llenar esta vivienda de color. El cemento turquesa del suelo recuerda al mar Caribe y el rosa de las paredes, al color que usaba el archi conocido arquitecto Luis Barragán. No sólo los colores recuerdan a Méjico, también las formas y materiales, hacen un guiño al país. Cilindros de poliuretano recubren las paredes y en los dormitorios se construyeron unas estanterías con forma de escalera que recrean las construcciones mejicanas.
Respecto a la decoración hay una mezcla de diseños propios fabricados en cemento, cobre o terrazo, con piezas de firmas conocidas, como el sofá de Roche Bobois, lámparas de Michael Anastassiades o papel pintado de Callico Wallpaper. Y como ya habréis intuido el toque definitivo mejicano lo ponen los cactus colocados estratégicamente por toda la casa.
Y a vosotros ¿qué os parece? ¿Es demasiado?…
Vía: Elle Decor