Hoy volvemos a visitar un miniapartamento nórdico de esos que tanto nos gustan, ¡que ya tocaba! Hoy viajamos hasta Estocolmo y visitamos este pequeño apartamento de 56 m2 donde predomina el blanco tanto en paredes, carpintería, mobiliario y en toda al cocina. La cocina se integra en el salón, pero queda separada de él mediante un murete a media altura que oculta tras ella la bancada principal de la cocina o plano de trabajo (con fregadero, vitrocerámica, utensilios, cacharros varios...) dejando a la vista desde el salón únicamente la gran armariada blanca donde se ubica el horno y una cafetera.
La monotonía blanca que invade esta casa se rompe gracias a los textiles, y es aquí donde vemos la importancia de los mismos para aportar calidez, personalidad y completar la decoración del espacio. Tanto en el comedor como en el dormitorio, los complementos se han elegido con materiales naturales como el algodón, la lana y el lino. Todos ellos en tonos neutros que se integran a la perfección con el pavimento de madera clara de la vivienda y le ayudan a crear esa atmósfera de paz que se respira en él. Cabe destacar la impresionante alfombra de Beni Ouarain que encontramos en el salón, pero de ésta hablaremos con más detalle el viernes en la sección "Deco". ¡Feliz miércoles!
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¿Qué os parece esta vivienda? ¿Creéis que es una vivienda acogedora gracias a los textiles?