Texto y fotos: Luisa Zuberbuhler
Esta es la morada de una joven italiana que por su trabajo recorre el mundo incansable. En uno de esos viajes recaló en Buenos Aires, se enamoró de su espíritu despreocupado a punto tal que, cuando descubrió este departamento edificado por Alejandro Virasoro en 1925, lo compró decidida a devolverle el esplendor perdido tras una serie de remodelaciones que trataron, por suerte infructuosamente, de borrar la impronta que supo imponerle el prolífico arquitecto argentino. Virasoro comienza su carrera compartiendo el Beaux-Arts o academicismo francés, que era el estilo predominante en Buenos Aires desde la década de 1880, y posteriormente deviene uno de los primeros arquitectos argentinos cultores del art decó.
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