La idea de un hacerme un pequeño tatuaje me rondaba la cabeza hace mucho tiempo, pero dudaba muchísimo qué hacerme, en qué lugar de mi cuerpo... y nunca me lanzaba.
Solo hizo falta un mes de cambios y emociones en mi vida, para que, sin meditarlo demasiado... decidiera que era el momento. Busqué información sobre tatuadores en mi ciudad, levanté el teléfono y llamé para concertar cita.
Me tatué esta fecha, porque en la vida hay cosas que siempre permanecen. Hay días decisivos en nuestras vidas, fechas, en las que a partir de ellas se va creando tu existencia, se va escribiendo tu realidad. Y en la mía, hay un antes y un después de un 19 de Abril.
Además de tener claro qué quería hacerme, también sabía que debía ser pequeño y en un sitio donde no me lo viese demasiado, porque me conozco... y creo que lo de quitárselo no es nada fácil.
Lo mejor de todo, fue, que él me sorprendiera haciéndose el mismo tatuaje. Una vez más, compartimos emociones.
???