Es una casita de cuento, la casita que a cualquier adolescente le gustaría tener,
un espacio donde los mayores no molestan y puedes traer a tus amigas.
Un sueño para una chica sueca a la que sus padres construyeron un pequeño
hogar donde estar a gusto, que aunque en un principio era un cobertizo de jardin,
con una buena mano de pintura y muebles que ya no usaban, lo convirtieron
en su coqueto espacio privado.
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