Tenía un par de bolsas con pompones y aunque hay infinidad de posibilidades, pensé en hacer una guirnalda.
Me gustaba la combinación de colores: dos tonos de morado y fucsia.
Y ahora, ¿dónde pongo la guirnalda?
Elegir el lugar donde colocarla me va a llevar un poco de tiempo. Lo dicho, no hace falta poner un pompón en tu vida, pero son pequeños detalles, bonitos y que por lo menos a mí me trasmiten alegría. Así que necesitarlos, no los necesitamos, pero hacen que lo que te rodea sea un pelín mejor. Puede ser una idea muy tonta, pero con una cosa muy pequeña puede que logremos una sonrisa. Lo malo, que ahora me salen los pompones por las orejas.
Este post participa en los Macros del Día de Nika Vintage. Super recomendable darse una vuelta por todas las propuestas.