Fuentes de luz directa e indirecta
Por una parte están las llamadas fuentes de luz propiamente dichas, es decir las fuentes de iluminación directas, que son aquellos elementos u organismos que son capaces de producir por sí mismos luz que emitir a su entorno. Dentro de esta categoría de creadores de luces naturales y artificiales están incluidos todos los elementos que puedas imaginar. Desde los cuerpos con una temperatura excepcionalmente alta como son las estrellas como nuestro Sol, pasando por temperaturas menos extremas como las llamas de un fuego o el filamento candente de una bombilla encendida, hasta las fuentes de luz modernas basadas en impulsos eléctricos como un televisor de plasma de última generación o un monitor de ordenador.
Otros ejemplos de fuentes de luz naturales que podemos incluir son aquellos animales que cuentan con bioluminiscencia, es decir, la capacidad de crear luz mediante procesos químicos en su cuerpo como las luciérnagas o algunos animales de las profundidades marinas.
Por otro lado están las fuentes de luz indirectas que son aquellas que si bien no emiten luz propia, son capaces de reflejar la luz que les llega y convertirse así en fuentes de luz naturales de manera indirecta. Dependiendo de la composición en cuestión de la que esté hecho el objeto u organismo, su capacidad de emitir luz indirecta variará ya que no todos los materiales tienen las mismas propiedades físicas que le permitan hacerlo.
Un objeto u organismo que disperse la luz que le llega es una fuente de luz únicamente mientras permanezca bajo una fuente de luz natural o artificial de forma directa. Al momento de dejar de recibir esta luz, salvo que tenga algún componente químico que le haya permitido acumular energía biolumínica, dejará de ser visible.
Ejemplos de fuentes de luz indirecta
El ejemplo más tradicional de fuentes de luz artificial, o mejor dicho indirecta, es la luna, quien cuando recibe iluminación directa por el sol y en función de estos rayos de luz que se reflejan en su superficie y se reflejan hacia nosotros, somos capaces tanto de verla a ella como de ver nuestro alrededor en la noche con bastante facilidad si hay luna llena y pocas nubes que bloqueen los rayos reflejados del sol a través de la luna. Del mismo modo, es posible observar los planetas con un telescopio desde el jardín de tu casa si sabes cómo buscarlos en el cielo nocturno. El sol ilumina todos y cada uno de ellos y reflejan la luz al igual que lo hace nuestro planeta, provocando que sean visibles mientras estén bajo la fuente de luz que es el sol.
Es más, nosotros mismos somos un ejemplo perfectamente válido de fuente de luz indirecta puesto que reflejamos la luz que recibimos. La única salvedad que existe en el universo y no refleja la luz son los agujeros negros, monstruos gravitatorios que atrapan todo cuando se acerca a ellos y de los cuales ni la luz es capaz de escapar.
Otro ejemplo de fuentes de luz indirectas, llevado a un terreno práctico para nuestras casas es el que yo tengo en mi casa y podéis ver en la imagen. También puedes pulsar aquí para conseguir uno como el mio. La verdad es que decora de una manera increíble y encanta a todo el mundo.
La importancia de las fuentes de luz en la salud
En todos los seres vivos que se encuentran en la superficie del planeta y están bajo el influjo directo de la luz natural que es el sol, resulta completamente vital para su ciclo biológico la rotación del planeta y la exposición periódica a la luz solar. Es más, es tan importante que para estar sanos la mayoría de los seres vivos de la superficie necesitan un mínimo de exposición solar. En el caso de las personas la falta de esta luz natural puede causar perfectamente depresión y una falta de vitamina D considerable ya que la energía solar permite al cuerpo asimilar con más facilidad esa vitamina.
Se hizo un estudio que en pacientes con diversas patologías y se constató que en general la exposición a la luz natural del sol permitía reducir los efectos negativos que tenían estos pacientes en su salud. En general los problemas de depresión mejoraban un 20% así como se reducía en torno a un 6% la degeneración cognitiva. Obviamente sólo con la luz solar no se va a sanar este tipo de problemas, pero sí que tiene un resultado beneficioso que ayudará como un extra en los tratamientos. Pero en ningún caso será un remedio por sí mismo.
Fuente: este post proviene de Mejores fuentes, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: