La reforma de la cocina es el proyecto más demandado en interiorismo y decoración. Ya sea por un proyecto integral de vivienda o por algo más acotado, la cocina está muy sujeta a la obsolescencia de su configuración. Existen tantos avances tecnológicos e innovadores en este espacio que solamente el baño le iguala en lo que a mejoras se refiere.
A esa continua innovación se le añade el hecho de que alguno de sus elementos sufren mucho el uso y el paso del tiempo. Así, el grifo de la cocina se convierte en un punto muy sujeto a cambio. Por estética, por adaptación o por simple fin de vida útil, el grifo de nuestras cocinas cambia con mucha frecuencia.
La innovación más relevante de los últimos años fue la entrada del monomando. A día de hoy ha relegado a los modelos de dos mandos al ostracismo. Y es que la posibilidad de combinar agua caliente y fría en un solo gesto es inigualable. Además, a la hora de cocinar o fregar, nos permite mantener una temperatura constante incluso interrumpiendo periódicamente el flujo.
Por otro lado, otro avance que llama con fuerza a nuestras puertas son los modelos que funcionan por ósmosis. Se trata de pequeños grifos complementarios por los que circula agua sometida a este proceso físico, dando lugar a un agua mucho más limpia y saludable. Aunque hasta hace poco esto suponía afear nuestra cocina con un segundo grifo muy poco estético, últimamente han aparecido en el mercado modelos que combinan en una misma pieza ambos caudales.
Grandes y aclamados diseñadores han dejado su sello también en este campo. Sus modelos para grandes firmas van desde los más elitistas a otros mucho más accesibles, que aúnan diseño y clase.
El grifo de la cocina es un punto de nuestro hogar al que dar un toque muy personal inspirado siempre en la mayor funcionalidad posible.
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