Pero, ¿Qué es el turismo sostenible? Es una forma de vacacionar en donde se cuida no sólo al cliente, sino que se tiene en cuenta al entorno y personas del lugar que se visita. La idea es proteger y mantener a futuro los recursos propios, a la vez que se satisface aspectos económicos, estéticos y sociales que los turistas aspiran alcanzar.
Pero el punto donde más se hace foco, y que para muchas otras opciones no tiene gran importancia, es el respeto y cuidado de la cultura, los recursos naturales y sus procesos de desarrollo. En este sentido, el viajante se sumerge en un estilo de vida y tiene la oportunidad de formar parte de él, haciéndolo propio como si estuviese en casa.
Para eso, pequeños detalles van marcando la diferencia. Así, muchos hospedajes prefieren evitar los ascensores y los utensilios descartables, a la vez que regulan el consumo de energía y agua.
Los beneficios se replican en diversas formas. Y más allá de ser un servicio que propone entretenimiento, también alienta la economía del lugar. Para muchas plazas, es la única alternativa que motoriza la zona. El incentivo que esto implica para pequeñas empresas que encuentran un nicho de demanda, también se traslada a la mayor cantidad de fuentes de trabajo para personas del lugar.
Además, se pueden encontrar nuevos paisajes, pero por sobre todo hospedajes que claramente salen de lo común. Desde hoteles que se destacan por la domótica y ahorro de energía mediante la tecnología, hasta emprendimientos similares a casa de árboles, construidas en madera y adaptándose a la naturaleza que la rodea.
Una buena forma de tomar unas vacaciones que nos conecten con el medio ambiente, en armonía con la cultura, costumbres y generando un espacio de crecimiento para la comunidad.
Fuente: este post proviene de Inmoblog, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
