A pesar de la admiración que siento a nivel profesional, tengo que decir y agradecer que en su día, abrieran las puertas de su despacho para mí, interrumpieran sus apretadas agendas para sentarse conmigo y darme consejos, algún contacto también, nunca voy a olvidar esa generosidad que no todos los “grandes” de esta profesión u otras disciplinas, dedican a personas anónimas como yo.
Ambas hermanas empezaron su andadura profesional por separado, Victoria, como decoradora en Nueva York y Sylvia como estilista, hasta que en el año 2000 decidieron aunar conocimientos y abrir su propio estudio.
Si he elegido este proyecto en concreto es porque creo que creo que les identifica bastante. Está ubicado en la Serranía de Ronda y justamente Andalucía, fue el lugar que las vio crecer.
Sus trabajos, aunque ajustados siempre a las necesidades del cliente, tienen puntos en común. Apuestan por ambientes cálidos y acogedores, pero con toques arriesgados. En sus proyectos nunca falta la artesanía, el arte, el respeto por la arquitectura local, las ricas telas o papeles pintados, las grandes alfombras, las antigüedades, las piezas orientales o marroquís, y los contrastes con otras de corte contemporáneo.
Son unas auténticas maestras de combinar culturas, colores, texturas,… fruto de haber vivido en varios países, haber viajado mucho, de patear museos, rastrillos, ferias, etc. todo ese poso que va quedando y que hace que te nutras de tantas cosas, que sepas crear armonía en la mezcla como pocos saben hacerlo.
Se nos ha ido una de las grandes, estoy segura de que su hermana Sylvia y el resto del equipo que compone el estudio, seguirán llevándolo a lo más alto. Adiós Victoria, te conocí poco pero me demostraste mucho. Descansa en paz y mucho apoyo desde aquí para toda la familia.
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