-"¿Dónde vas con eso?" Preguntó, con cara de pánico, uno de nuestros hombres al ver a una de nosotras caminar hacia la terraza con las tijeras de podar en mano. En este punto hay que aclarar que, en ese balcón, este varón aterrorizado tiene un pequeño huerto urbano donde cultiva tomates, habas, zanahorias, calabacines... que luego fotografía emocionado y envía para "presumir" de cosecha. Es su santuario. Y nadie osa profanarlo. Hasta ahora. -"¿Que dónde vas con eso?", repitió a punto de la contorsión, -"A cortar algún ramajo", - ¿Ramajo?, - "Sí, alguna rama mona que sobre por ahí, ¡es tendencia!", - "Qué tendencia ni qué puñetas, ahí no se toca". Pero se toca, claro que se toca, entre otras cosas porque la intención no era desgraciar "la plantación", tan sólo hacernos con algún brote de esos que, además de los comestibles, crecen espontáneamente. Porque también tenemos tallos no identificados, nos nos privamos de nada. Como los de nuestra foto; éstos no están en su mejor momento, han perdido prácticamente todas sus flores por el frío... Pero, en primavera se ponen cuajaditos de pimpollos de un subido color malva. Sin duda, repetiremos la operación "poda" con ellos, en la próxima estación.
Foto
Foto
Foto
Foto
Flor
Por cierto ¿alguien sabe cómo se llama la planta de la que ha salido nuestras varillas ? Lo cierto es que nos encantaría conocerla, y esmerarnos, con conocimiento de causa, en su cuidado.