Este ático parece más grande de lo que en verdad es, su superficie de casi 70 m2 engaña a la vista al tratarse de espacios abiertos y con buenas entradas de luz. Pintar de blanco y no excederse con los muebles aportan un extra de amplitud, y eso que la altura no juega a favor, ya que como podréis ver son techos inclinados, lo que suele limitar en la disposición de la vivienda. Pero en este caso se ha sabido aprovechar ya que se han dejado libres la parte centra con el techo más alto y han concentrado el mobiliario de salón en la parte más baja.
Me encanta la luminosidad de la cocina y la superficie extra que hace la función de isla y barra de desayuno. Las habitaciones tampoco están recargadas, ni en muebles ni en adornos o decoración, pero igualmente creo que no le falta de nada, ya sabéis lo que dices: menos es más, y este ático es un ejemplo perfecto.
Vía: Planète Déco