Colorín colorado, el veranito se ha acabado, pero no el Feng Shui! Retomamos la saga de capítulos relacionados con este tema, hablando de los colores.
El color es una de las formas más atractivas de crear energías positivas y estimulantes. Para el Feng Shui, según el color que elijamos, conseguiremos transmitir a los demás un tipo de energía u otra, e incluso afectará positiva o negativamente a nuestro estado de ánimo, a nuestro trabajo o a otros aspectos de nuestra vida.
Hay que evitar los colores fuertes o los oscuros como el negro o el azul marino, y los colores de la gama del rojo, pues son agresivos e intimidantes. Si no se tiene muy claro de qué color pintar un ambiente, es preferible elegir el blanco o los colores pastel, tratando siempre de mantener la armonía visual.
La filosofía oriental clasifica los colores según los cinco elementos (fuego, tierra, agua, metal y madera).
Fuego: tonalidades anaranjadas y rojizas. Transmiten confianza, pero evitaremos el abuso para que nuestra actitud no resulte agresiva. Es recomendable utilizar estos tonos para asistir a una fiesta, para estar más atractivos o para conseguir algo que deseemos de nuestra pareja. En cambio, debemos limitar su uso en el ámbito del trabajo, del estudio o si vamos a tratar algún problema importante con un amigo o con un compañero de trabajo. Con unos toques de coral, por ejemplo, será suficiente.
Madera: se identifica con el verde. Aumenta la creatividad, la fertilidad y potencia la originalidad si llevamos a cabo algún proyecto. Aunque nunca se deberá utilizar si estamos en un ambiente muy serio. Por este motivo este color será muy útil para las futuras madres, los maestros o para artistas de todas las disciplinas. Pero nunca se deberá utilizar en habitaciones de enfermos o para firmar un contrato. El verde agua en particular, me encanta!
Metal: se identifica con el blanco, el plateado, el dorado o por tonalidades metálicas. Sirve para dar seriedad o importancia a una situación o acontecimiento. Por este motivo se utilizará en reuniones importantes como una entrevista de trabajo o en un examen importante. Pero nunca para una fiesta.
Tierra: colores amarillos u ocres y simbolizan la tradición y la estabilidad. Por este motivo son los más adecuados para proyectar una imagen familiar y de solidez. En nuestra vida diaria se utilizarán para firmar contratos, para visitar a algún enfermo o cuando vamos a conocer a la familia de nuestra pareja. En cambio no se utilizarán para competir o presentar una idea.
Agua: se identifica con el negro. En nuestra vida diaria lo utilizamos mucho, ya que estiliza y sirve de comodín para todas las situaciones. Por este motivo, el Feng Shui lo recomienda para una primera cita en la que queramos impactar a la persona con la que hemos quedado y, por supuesto, para conseguir seducirla. No se debe utilizar en una entrevista de trabajo, para presentar una idea o un proyecto o para dar conferencias.
El influjo que ejercen los colores sobre nuestro estado de ánimo es considerable. De su combinación dependerán, en muchos casos, las emociones que nos inspire el lugar que habitamos. La tristeza, la apatía o la soledad, pueden transformarse en alegría y vitalidad con un cambio en la decoración.
A través del Feng Shui podemos asesorarnos sobre los colores que resultarán más beneficiosos y que nos pueden ayudar a lograr los cambios que necesitamos.
Los colores cálidos, inspiran sensaciones positivas y dan mayor confianza y extraversión. Además en los cuartos con poca luz son recomendables. Y cuando queremos que un mueble parezca más grande, debemos pintarlo con colores cálidos. Los colores cálidos son progresivos, es decir, parecen acercarse al observador. Si se usa un color cálido y oscuro en la pared del fondo de una habitación larga y un tono claro en las demás, la habitación parecerá más cuadrada. Para obtener el efecto contrario y lograr profundidad, tres de las paredes deben pintarse en tonos oscuros y la cuarta con un tono claro.
Rojo: creatividad, poder, actividad
Amarillo: extraversión y confianza. Aumenta la energía y estimula la alegría y la riqueza.
Naranja: creatividad y relaciones sociales
Fucsia o rosa chillón: los fomentaremos ya que generan emociones basadas en el apego, la inmadurez y la fantasía.
Magenta: sensualidad
Los colores fríos aportan paz y frescura en dormitorios y cuartos de baño, y son ideales para paredes con mucha luz. Son regresivos, es decir, tienen la propiedad de parecer alejarse del observador. Aplicando este concepto a la decoración, quiere decir que si queremos que un ambiente parezca más alargado, debemos pintar una pared que esté al fondo en tonos fríos.
Verde: Sosiego y equilibrio
Azul: relaja y fomenta la espiritualidad
Púrpura: pone un punto de melancolía y respeto
Los colores neutros, unifican y facilitan la transición entre las diferentes habitaciones. Las paredes neutras transmiten calma y nos ayudan a quitarnos el estrés:
Blanco: purifica y unifica
Beig: transmite tranquilidad y pasividad.
Gris: actúa como escudo de las influencias externas. Los oscuros los evitaremos ya que incitan al desánimo, la tristeza y la falta de vitalidad.
Negro: autoridad, demuestra disciplina y anima a la independencia.
La elección de los colores para una habitación dependerá de la actividad que vayamos a desarrollar en ella. Por ejemplo, no podemos pintar de negro la pared de nuestro despacho con el fin de estimular las actividades profesionales. Con colocar un objeto de este color será suficiente.
También debemos tener en cuenta nuestro carácter. Por ejemplo, para las personas muy activas son recomendables los colores que contrarresten esa energía, como los tonos fríos o pastel. Mientras que para las que tienden a estados depresivos, es recomendable el uso de colores cálidos y chillones.
Y colorín colorado, este post se ha acabado