Probablemente si viviera en Brasil en un sitio como este, sí. Pintaría los volets y llenaría la casa de plantas y cojines estampados. Todos diferentes.
Mezclaría mimbre, esparto, coco, madera, cuero?No habría televisión ni ordenador, y hablaría un portugués perfecto.
Los rodapiés, puertas y marcos, también serían azules, y tras mi última experiencia de estar allí 7 días y llover 5 a mares, tendría preparadas las botas katiuskas y algunos paraguas de colores muy intensos. Allí llueve pero nada es triste, sonríen pese a que no tengan motivos y lo hacen de verdad. No hay tiempo, ni reloj, ni prisas...
Tomaría un mojito o una caipirinha con mi sombrero panamá mientras mejora el día, esperando el momento de ponerme mi kaftan blanco y azul, para ir a una playa donde sólo se escucha bossa-nova.
Estaríamos rodeados de mar y al llegar la tarde, nos daríamos un baño en una bañera desde la que sólo se vería la vegetación más variada y los animales más variopintos. Al fondo el mar y algún barco pesquero a medio pintar.
Habría silencio, no habría preocupaciones.
Sólo mar, naturaleza y nuestra casita azul.
BONNE JOURNÉE!
Fuente: ELLE Decoration
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